Por Héctor Deheza
Los daños del zorro son muy fáciles de solucionar sin necesidad de sacrificarlos, numerosos países lo han controlado mediante los santuarios. En Escocia, por infectarse los zorros de rabia, recurrieron a este método.
Simple y barato, desde mediados de siglo XIX el centro de Europa está viviendo una importante epidemia de rabia selvática de la que se considera al zorro el más importante transmisor, y utilizan los santuarios.
El método de los santuarios concilia a los ambientalistas y los productores.
El problema principal es que no se cuenta con información histórica y científica suficiente. Un santuario lo puede hacer directamente.
Aclaramos que vida silvestre es aquella que habita desde siempre y no fueron introducidas por el hombre.
Los zorros colorados y otros son especies exóticas e invasoras, ingresadas por los primeros colonos británicos al continente americano, para la cacería y peleterías. Fueron introducidos a Estados Unidos entre 1650 y 1750, de allí a California a México y Argentina para las industrias peleteras. La primera introducción de zorros al continente la hizo Robert Brooke que trajo 24 zorros colorado de Inglaterra a Maryland, también en esta época se introdujeron gran cantidad de zorros en la costa este de Estados Unidos. George Washington y Thomas Jefferson mantenían las jaurías de zorros. Mientras que Thomas Sexto Lor Fairfax presidia y organizaba las cacerías de zorros.
Los zorros colorados están entre las 22 especies de mamíferos exóticos introducidos en la Argentina y forman parte de las 100 especies invasoras más dañinas del planeta.
Muchas organizaciones ambientalistas han incorporado al zorro colorado como especie autóctona silvestre. Si recurrimos a libros antiguos, aunque mucho lo defiendan y hay literatura moderna, considerando al zorro vida silvestre, la gran documentación que he logrado reunir confirma que el zorro colorado es una especie exótica invasora, es de entender que tanto los ambientalistas, como los productores y los políticos alimentan, un debate emocional. Ello, en lugar de reconocer que hay que hacer algo, ya que el problema existe, y optan por discusiones apasionadas.
Aceptando la trasmisión de la rabia y otras enfermedades, según estudios realizados en La Pampa por el INTA, el 17 % de los zorros están infectados de brucelosis, que la trasmiten al ganado menor en sus ataques mediante rasguños y mordeduras. La trasmisión infectaría a más del 20% del ganado, aparte de hacer malparir a los animales, es trasmisible al hombre, donde su recuperación resulta larga y penosa.
Vemos que según la resolución 7931/87, de la Subsecretaria de Ganadería y Pesca de la Nación, los únicos zorros prohibidos de cazar son el zorro Pampa, el Zorro del monte y el zorro Vinagre. Los zorros de Malargüe no están prohibidos de cazar. En el territorio nacional, en épocas de caza, hay 14 provincias que incentivan la caza del zorro y algunas compran las pieles.
Los santuarios para contener los zorros consisten en un cerco chico que se amplia de acuerdo a la demanda, donde hay agua disponible y montículos para que hagan las madrigueras. Se los caza mediante jaulas con cebo de carne podrida que se colocan en los senderos por donde transitan, al llegar el zorro al cebo cae una compuerta y queda enjaulado. Se lo lleva al santuario donde se lo desinfecta, vacuna y alimenta con comida para perros, medio kilo por día, se castran los machos y señalan e ingresan con un código. Los puesteros conocen los senderos y madrigueras por donde transitan y el encargado debe trabajar con los puesteros, en principio se trabaja con unas 10 jaulas que cuestan unos $ 2.500,00 cada una, también son fáciles de fabricar.
Los santuarios para zorros se programan para 8 años, las crías de una pareja capturada, más las de su descendencia, evitan el nacimiento de 190 zorros. Si logramos contener a 100 parejas, en el primer año, a los ocho años habremos evitado el nacimiento de unos 19.000 zorros y en los años sucesivos se irán acrecentando.
Lo lógico sería hacer el santuario en Bardas Blancas, para equiparar las distancias, o también en las tierras ex Grassi para aprovechar algunas instalaciones. Para que esto no fracase hay que contar con personas muy conocedoras del campo y muy buena capacidad operativa. Si a mí me dieran a elegir un encargado me fijaría en el delegado de Las Loicas, Ramón Guajardo.
La provincia de Mendoza, mediante le ley 4.386, adhiere a la ley nacional que en su artículo 4 dice “proceder al control de las especies dañinas”, y en el art. 12 apoya la concreción de santuarios. Recientemente se aprobó una ley 8.846 de resarcimiento a los puesteros con un monto a disponer de $ 1.000.000 de pesos anuales, acumulativos en el caso que las demandas no alcanzan a utilizarlas. Como la ley es impracticable, todo este dinero estaría disponible para hacer el santuario, el que tendría la misma intención de favorecer y evitar los daños del zorro.
