Por Lic. Luis Apatye- Lic. Psicología. Psicólogo Clínico: Terapeuta en niños, adolescentes y adultos. PsicoOncologo y TEA

Antiguamente el concepto de salud, por definición, era “la ausencia de enfermedad”, esto quería decir que para estar sanos no teníamos que tener ninguna patología biológica.

Ese paradigma cambio en los últimos años redefiniendo el concepto a “la salud es el pleno estado de bienestar Bio-Psíquico-Social” (OMS), ósea que para estar sanos ya no basta con no tener alguna enfermedad de origen biológico, sino que también debemos tener equilibrio psíquico, (estar en armonía con nuestras emociones y conductas) y ser sociales (tener amigos, familia, sentirse parte de una comunidad).

La cuarentena nos demuestra que, estando refugiados en nuestras casas, baja notablemente la posibilidad de contagio de la COVID-19, pero eso no quiere decir que estemos sanos, hay algo que nos falta, y ante esa falta nuestra ansiedad aumenta.  Psíquicamente vemos las cosas desde una perspectiva distorsionada, nos empezamos a sentir tristes, aburridos, desganados, irritables, nuestro cerebro se inunda de pensamientos de todo tipo y contenido, y a eso le sumamos aquella juntada que no pudo ser, el cumpleaños que no se festejó, los amigos que no vemos, los familiares a los que extraños abrazar, los compañeros de la escuela. La rutina de la cual nos quejábamos, hoy la extrañamos más que nunca.

Si todo eso nos pasa es totalmente esperable, descubrimos que, en medio del boom tecnológico, no importa que tan buena definición tenga la pantalla del celular, que velocidad tenga el internet, o que tanta definición sonora tengan los parlantes, nada va a reemplazar el abrazo de aquel ser querido, el practicar un deporte en el club donde tienes ese sentido de pertenencia, o en la academia de baile, la taza de café con tus compañeros de trabajo, en resumen, nos falta el contacto humano.

Pero no todo tiene que ser negativo, si cambiamos la mirada de las cosas, esto es una instancia de aprendizaje. Cuando todo termine habremos aprendido que necesitamos para nuestra salud hablar mas de aquello que nos preocupa, a expresar más nuestras emociones, a no vivir en automático, a escuchar más al otro, a llenar más nuestros días con actividades y aumentar nuestra vida social, ya que todo esto también es salud.

Por el momento planifiquemos qué vamos a hacer cuando la cuarentena pase, qué podemos mejorar en nuestras vidas en pos de un pleno estado de bienestar Bio-Psíquico-Social.

 Usemos este tiempo para cuidarnos y mejorar nuestra salud mental y nuestra capacidad de sociabilización.

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