domingo, octubre 5, 2025
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ROCA O-LA VIDA EN TELEVISIÓN DE ALTA DEFINICIÓN

Por Fer Tau

La vida empieza a verse en televisión de alta definición (HDTV), es tan real que se ven todos los detalles. tal vez antes, en la cotidianeidad y la prisa, la veíamos como en un tv común, pero ahora se ve todo, errores, imperfecciones y demases. Fíjense, por favor, en cualquier película que se vea en transmisión normal y luego la misma en HDTV.

¿Nos rasgamos las vestiduras porque no abre Las Leñas en este invierno, pero podemos andar en bici solos, sin rueditas y sin que nos sostengan?


Si bien se generó una gran economía a la sombra de Las Leñas y a la luz de la nieve, este invierno es una prueba de fuego para ver si podemos andar solos. Ojo que la parada viene bien difícil. Nos da temor, miedo, el vernos andar sin saber cuánto más podremos avanzar solos y sin ayuda. Se nos salieron las rueditas de la bici, el punto de apoyo que nos habíamos acostumbrado a utilizar como si fuera un derecho adquirido no está. Las curitas y el botiquín, bien lejos. ¿El piso? bien cerca y la velocidad en aumento. Es momento de serenarse para no caerse.


“Todo lo sólido se desvanece en el aire” (Marshall Berman). Fue la primera frase que me enseñaron en la materia de semiología, cuando intenté seguir la carrera de bellas artes ¿Qué significa esto? Que de un momento todo lo que está establecido deja de existir, una cultura, una economía, un muro o una creencia solida e insondable desaparece en la nada. ¿Cómo es posible eso? Ahora vamos en ese sentido, el mundo también. El tema es que la idiosincrasia de cada lugar va a formar una resiliencia diferente. Por Malargüe la reacción va a ser muy distinta que la que puede plantear alguien de Entre Ríos o la india. Sentarnos a esperar que un subsidio palie un poco el vacío de la heladera es claramente hambre para mañana si es que no intentamos subsanar las necesidades por nuestra cuenta. ¿Y como se hace esto? Ahí está el tema amigos. No lo sé, pero hay que hacerlo.


Seguramente estamos viviendo un momento histórico, tal vez no tan importante como lo fueron los hitos que marcaron las etapas de la era moderna, como la caída del imperio romano en el siglo V, el descubrimiento de américa en 1492, la revolución francesa en 1789. Después el mundo vivió un siglo de cierta tranquilidad con algunas fechas significativas como la revolución industrial, el ferrocarril, hasta que a fin del siglo XIX y comienzos del XX, cuando se produjeron olas migratorias de millones de personas escapando del hambre y guerras intestinas en sus países. La mayoría europea eligió ir a América. No fue fácil, padecieron difteria, rabia, fiebre tifoidea, cólera, varias pestes y polio entre otras plagas, hasta que Flemming descubre la función de la penicilina. Y nos da un respiro en la salud hasta finales del siglo XX. La población del mundo creció exponencialmente, creo que ya somos ocho mil millones de almas en este mundo, la economía se globalizó. nos hicimos consumistas y dependientes del consumo.


Hasta que llegamos a este parate. Ya vamos pasando los 60 días de cuarentena y parece el fin del mundo, creemos que lo que está ocurriendo es lo más terrible que nos puede haber pasado. Y si, es así. Lo es porque no está en los libros ni es algo que ya paso alguna vez. No estamos preparados para enfrentar este virus. Está ocurriendo ahora y somos protagonistas, tal vez dentro de un tiempo, estos momentos difíciles que estamos viviendo y tratando de superar sean pasado y lo recordemos como un hito en la historia de la humanidad.
El cambio de una era no sale en los diarios de hoy o de mañana, eso se sabrá mucho después, cuando pase el tiempo y nos demos cuenta si este evento cambio el curso y la historia del mundo.

Una buena, nos damos cuenta que podemos vivir con lo indispensable, ese ejercicio natural de meterse la mano en el bolsillo para pagar algo, movimiento que repetimos hasta el hartazgo infinidad de veces al día, está dejando de existir, así como hacer compras compulsivas y los deseos de comprar por comprar algo, ya casi no existe. Ya sea porque no tenemos un mango o simplemente este estadio de somnolencia que vivimos nos aletarga haciéndonos pasar día tras día una cuarentena interminable, no nos estamos dando cuenta que la vara que nos sostiene la zanahoria se estira como la nariz de Pinocho de manera imperceptible pero real. Hay que seguir tirando del carro.

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