Por Fer Tau
Estamos haciendo recortes en nuestros presupuestos, recortes sobre recortes, es tanto que recortamos la tela que teníamos que no nos va a quedar ni para una tanga o un pañuelito de tela, mientras vemos que a nivel nacional y provincial el costo de la política es muy alto. En eso no hay recortes, son pocos los que trabajan y el resto puede ser que estén enviando mensajitos todo el día y a fin de mes se acredita en su cuenta del banco un sueldo que pagamos entre todos.
No estamos viendo gesto alguno de nuestra clase política que intente poner remedio a este tema, consideran que es un derecho adquirido, es una casta a la que a veces quisiera pertenecer y sin escrúpulos, vivir en ese sistema que se alimenta de adulaciones propias y ajenas, siempre convenientes hacen que un cortesano de esta estirpe tenga un sueldo vitalicio. Muy pocos en este país pertenecen a este círculo virtuoso. En este gustito de tener un ejecutivo+legislativo caros nos sale una fortuna y no vemos los resultados.
Invierno en Los Molles el nuevo centro zen
Cada vez más cerca de las fechas de la temporada de invierno, que en 2020 no va a existir, y mucha gente de Malargüe, del resto de la provincia y del país no va a poder trabajar. Una desgracia para casi todos los que dependen de la nieve para subsistir.
¿Dentro de este mundo de laburantes, puede que un grupo de personas que viven en Los Molles logren hacer centro zen en su tiro, de qué manera? Sabemos que Las Leñas no abre, los comercios de Malargüe y San Rafael tienen y tenían bien aceitado su negocio de rental y de servicios. Qué hacemos. La gente de Los Molles está tratando de que sean ellos mismos el centro invernal de este 2020 ofreciendo los servicios que los protocolos del COVID-19 permitan ofrecer al público que se pueda acercar durante julio y agosto a la nieve. En vez de quedarse sentados y lamer sus heridas, intentan hacer que las cosas pasen, ocurran. Y en eso están. Lo bueno de esto, si sale bien, que lo que van a proponer en este invierno los va a motivar para armarse mejor y bien para el 2021.
Hablando de nieve y de ganas de trabajar, hace unas semanas les comenté la necesidad de inversores que tiene Malargüe. Está en la mesa un proyecto muy interesante en la zona del Azufre para construir desde cero un nuevo centro invernal. Tienen la billetera, las ganas y la gente idónea para hacer el desarrollo. Es algo tangible e inmediato, pero los laberintos de la burocracia política hacen que todo vaya más lento. A veces, el Estado es como el refrán del perro del hortelano, no come ni deja comer, en vez de ser ágil en la gestión.
Infectadura
Se está haciendo larga la cuarentena, con protocolos tan estrictos y rígidos que ya le pusieron nombre: “Infectadura” mezcla de infección y dictadura. Se está perdiendo la paciencia con tanto sacrificio que se le pide a la gente sin ofrecer solución o salidas al tema. Para tratar de paliar la ansiedad del eterno ser en cuarentena tratan de flexibilizar el encierro.
Se están dando a conocer los protocolos para que bares y restaurantes puedan reabrir sus puertas en Malargüe, muy lindas las medidas de seguridad a tomar, son líneas que bajan para poder trabajar, por lo estrictas que son pareciera que Zaldívar viene a operar en Malargüe. El protocolo de sanidad que exigen para los locales es superior al de un quirófano. Es de un idealismo puro, tal vez pensado desde el plano filosófico y metafísico, pero no del terrenal y real en el que vivimos.
Es tanta la distancia y aislamiento social al que estamos sometidos, que de pura bronca nomas, el día que liberen las actividades, las que primero se van a hacer para tener contacto físico con alguien van a ser: Lucha grecorromana, bailar lentos, torneos de pulseadas, que te hagan un buen masaje y la lista sigue con muchas más.
Faltan 111 días para la primavera
El otoño avanza, están cayendo las primeras nevadas y como dice crónica, con su placa roja en la pantalla del TV, faltan 111 días para la primavera. Se viene un invierno duro, difícil y largo, no por la inclemencia climática ya que no se esperan grandes nevadas ni temperaturas bajo 0 como estamos acostumbrados en Malargüe. El parate por el COVID mas el estancamiento económico que no tiene pinta de arrancar en el mediano plazo van a hacer que el reloj del paso del tiempo vaya en cámara lenta o continúe en cámara lenta, hasta que sea 21 de setiembre y la primavera nos de aliento para imaginar y encarar la temporada de verano.
