Julio Urrutia se desempeña en el servicio de limpieza del Hospital Malargüe, en julio de 2021 tuvo Covid y tras ello estuvo 17 meses sin retornar a trabajar, debido a la secuelas que le quedaron de la enfermedad.
Anoche, a las 22:00, retornó a su lugar de trabajo donde con alegría sus compañeros de trabajo lo recibieron y la propia Directora del establecimiento, Lic. Yolanda Carbajal, estuvo en ese momento de tanta emoción.
Desde hace casi siete años Julio prestar servicios para la empresa que tiene a su cargo la limpieza del hospital. Cuando comenzó la pandemia estaba destinado en el sector guardia y también el que se creó de Covid positivo. Allí, como el resto de sus compañeros, le puso el cuerpo a la pandemia.
En los primeros días de julio de 2021 tuvo síntomas de Coronavirus e inmediatamente se aisló en su domicilio, donde vive solo. Al cabo de unos días un amigo enfermero que le realizaba los controles domiciliarios llamó a la ambulancia para que lo trasladaran al hospital porque su saturación de oxígeno era muy baja.
Al ingresar fue derivado al sector de Covid y allí, según él, los hizo “rabiar a todos” porque la falta de oxígeno lo llevó a un perder la conciencia. Permaneció en ese lugar por espacio de pocos días y al agravarse su cuadro fue derivado a terapia intensiva el 15 de julio.
El pase de Julio a cuidados intensivos fue un duro golpe para todo el hospital, era el primero que trabajaba allí que ingresaba al sector. Estuvo 22 días entubado y de esos días prácticamente no recuerda nada.
Cuando le dieron el alta había perdido alrededor de 26 kilos. Tuvo que irse a vivir con una hermana, pues él no tenía fuerzas ni para tomar los cubiertos.
La ART a la que está afiliado se hizo cargo del tratamiento. Durante unos 10 meses debía trasladarse a San Rafael y Mendoza para rehabilitarse. Necesitó un tratamiento de kinesiología para volver a caminar.
Además, se le había producido una estenosis (constricción o estrechamiento de un orificio o conducto corporal) en la zona de la garganta, por lo que requería de una intervención quirúrgica. Prácticamente no podía hablar, pues al hacerlo se agitaba. Durante 10 meses debió dormir sentado y así y todo se ahogaba.
En mayo de este año la ART lo trasladó a Córdoba donde le realizaron una dilatación de cuerdas vocales. A mediados de setiembre le practicaron una microcirugía.
Al reintegrarse a su labor, tras mostrarse sorprendido por el recibimiento, le dijo a diario digital Ser y Hacer de Malargüe “estaba ansioso por volver a trabajar, reencontrarme con mis compañeros que tanto me cuidaron”.
Al realizar los agradecimientos dijo “en primer lugar a Dios por haberme dado esta nueva oportunidad, a mi familia que me contuvo mucho, a todo el personal del hospital que me cuidó como si fuera uno más de ellos, a los compañeros de trabajo, a los amigos y a tanta gente que no conozco y realizaba oraciones por mí”.
Yolanda Carbajal expresó “a Julio lo queremos mucho, siempre ha sido muy buen compañero. Cuando comenzó la pandemia estuvo al pie del cañón con todos. Pasamos momentos muy tristes porque estuvo muchos días en terapia, pero el equipo de esa unidad hizo un trabajo extraordinario”.
“Julio fue nuestro primer compañero en ingresar a la terapia en pandemia, lo que significó un fuerte golpe anímico. Fue el único que estuvo tan afectado. Muchos de los integrantes de nuestro equipo perdieron familiares, amigos muy queridos, que por supuesto los afectó anímicamente” indicó Carbajal, que llegó tarde al homenaje que el municipio les realizó anoche al personal de enfermería para recibir a quien se reintegraba a sus labores.
“Estamos muy contentos, orgullosos también porque todas las personas que trabajamos en el hospital dimos lo mejor de nosotros para atender la demanda de la gente, sabiendo que podríamos haber sido otros Julios o que, incluso, haber partido. Creo que lo más importante de estos dos años ha sido esa labor de humanizarnos y acompañarnos como personas, nadie se salva solo. Julio estuvo siempre que lo necesitamos, por eso todos estuvimos cuando él nos necesitó. El trabajo en el hospital es una cadena de favores” concluyó Carbajal.
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