La pelea entre la UCR y el PRO por la gobernación de Mendoza puso a Juntos por el Cambio en un estado de tensión creciente. No es la única provincia en la que la coalición opositora se agrietó por las fuertes diferencias internas, pero se trata de un distrito propio que puso en aprietos a los principales socios de JxC luego de que el larretista Omar De Marchi, diputado nacional del PRO, confirmó su intención de disputar la gobernación por afuera de Cambia Mendoza, el frente piloteado por el radicalismo que postularía al senador nacional Alfredo Cornejo para seguir al frente de la provincia.
La interna entre De Marchi y Cornejo motivó hace 10 días una agitada reunión de la Mesa Nacional de Juntos por el Cambio luego de que el titular de la UCR, Gerardo Morales, advirtió que “si se quiebra” la coalición en Mendoza por el proyecto político de De Marchi “se pone en riesgo la unidad” e incluso amenazó con “rediscutir la participación” de su partido en la alianza opositora.
Con el conflicto latente en Mendoza, más allá de otros similares en Córdoba, Neuquén, Río Negro y Chubut, la Mesa Nacional del PRO realizó un Zoom este miércoles del que participaron sus máximos líderes y De Marchi fue invitado a exponer su postura. La jefa del PRO, Patricia Bullrich, le reprochó su decisión de competir por afuera del frente provincial y le recordó que el reglamento electoral del partido dice que en aquellas provincias en donde hay PASO, como Mendoza, “todos los partidos se comprometen a utilizarlas como método de selección de candidatos”.
De Marchi aseguró que su posición no es rupturista porque Cambia Mendoza es un frente electoral encabezado por la UCR sin participación del PRO y se quejó de los actuales socios de la alianza gobernante: “Hoy los que aparecen con algún nivel de proximidad al radicalismo tienen que ver con Libres del Sur y con (Sergio) Massa, con el Frente Renovador. Entonces, por un lado se dice que a nivel nacional no hay que ni siquiera hablar con Masa, como dijo Cornejo hace 10 días, pero el massismo es socio de Cambia Mendoza. Y Libres del Sur, que ha hecho de la toma de terrenos, de los aprietes a los supermercados y de los cortes de calles su acción política, es un socio importante”.
El diputado del PRO, alineado con Horacio Rodríguez Larreta y uno de sus armadores políticos en el interior, cuestionó la gestión del gobernador radical Rodolfo Suárez al sostener que “en la provincia hay problemas estructurales que se deben corregir”, como “un promedio de índice de pobreza mayor al nacional” y la pérdida de competitividad en comparación con San Juan, Neuquén y San Luis, entre otros puntos, y fue más allá todavía: criticó que “el radicalismo hoy maneja la Corte, cuestión que nunca estuvo politizada en la provincia; maneja todos los organismos de control, tiene mayoría en ambas cámaras legislativas y una fuerte penetración en los medios a partir de la pauta”.
“Hoy estamos entrando en una etapa de una Mendoza desconocida para sus costumbres y sus tradiciones”, alertó De Marchi, para quien “si no somos capaces de volver a la institucionalidad profunda que siempre la caracterizó, vamos a tener una provincia cuyas instituciones principales van a estar atravesadas por el poder político, produciendo un nivel de asfixia complicado”.
El dirigente mendocino negó que en el Zoom de la Mesa Nacional del PRO le haya reprochado en forma unánime su postura y se mostró muy duro contra Bullrich: dijo que su opinión “está viciada porque tiene un acuerdo con Cornejo, entonces todo lo que pueda decir no es desde una posición independiente o imparcial”, e incluso calificó de “amenaza autoritaria e impracticable” la advertencia de la titular partidaria de que podría intervenir el PRO mendocino si no aceptaba competir en las PASO.
“Creemos representar mejor los intereses de Juntos por el Cambio en la provincia de lo que lo hace hoy el radicalismo, que en función de gobierno hace cosas discutibles como un avance peligroso sobre los organismos de control, sobre la justicia y con índices económicos que no son buenos”, dijo.
De Marchi interpretó que su eventual decisión de competir por afuera de Cambia Mendoza no va contra el reglamento electoral del PRO, explicó por qué no pondría en riesgo un triunfo de Juntos por el Cambio en la provincia y no descartó una negociación con Cornejo: “Estoy dispuesto a dialogar con cualquiera porque los intereses de Mendoza están por encima de cualquier interés personal”.
— ¿Qué posición sobre la interna mendocina expuso en el Zoom de la conducción del PRO?
— El país tiene 24 jurisdicciones y hay 24 realidades distintas. Es muy difícil imponer una norma común a 24 realidades que son absolutamente distintas. Primero, por un respeto básico y esencial del federalismo, no podemos pretender ser federales en una eventual gestión de gobierno sin serlo en una gestión partidaria. Y, a su vez, por respeto al mosaico propio de cada provincia, necesitamos ser lo suficientemente flexibles y abiertos para escuchar lo que sucede en cada territorio. Hay otro dato importante: no es lo mismo elecciones conjuntas con la Nación que elecciones desdobladas. Cuando las elecciones son desdobladas te permite discutir el escenario provincial con mayor foco local que lo que sucede eventualmente en el escenario nacional. Esto significa decir que puede haber alineamientos provinciales que no necesariamente luego terminen coincidiendo con los nacionales porque eso te lo permite esta discusión focalizada en cada provincia.
— Usted es un crítico del gobierno radical en Mendoza. ¿Por qué?
— En la provincia hay problemas estructurales que se deben corregir. Tiene un promedio de índice de pobreza mayor al nacional. Ha perdido competitividad en función de todos nuestros vecinos. Tiene mejores números San Juan, Neuquén, San Luis. La Pampa, por ejemplo, nos frena obras importantes como Portezuelo del Viento. Sin ir más lejos, aunque no tenga mucho que ver, todo nuestro vecino oeste, que es Chile, hace 30 años que crece. Mendoza necesita darse una discusión de cuál es la agenda que queremos para el desarrollo de la provincia en los próximos años. Entonces la articulación de un frente en la provincia tiene que tener como parámetros esta discusión, no la discusión de nombres propios, no caer en la discusión personalista de si es Juan o es Pedro, sino cuál es la Mendoza que queremos y eso es lo que nos va a permitir poder eventualmente, si estamos de acuerdo, articular un frente común que nos va a permitir en todo caso ir a una PASO. Pero si no existen coincidencias sobre el rumbo que tiene que tener una provincia es muy difícil articular un frente.
— Es una provincia que está gobernada por Juntos por el Cambio desde 2015. ¿No puede sentarse a charlar con el gobernador o con el radicalismo mendocino?
— El frente en la provincia se llama Cambia Mendoza, no es Juntos por el Cambio y esto no es un tema semántico, sino que los socios de Cambia Mendoza son distintos a los de Juntos por el Cambio. El frente como tal no existe en Mendoza, lo que ha habido en la provincia desde 2015 a la fecha fue un frente electoral, pero quien gobierna es el radicalismo. No me quejo, no estoy diciendo que esté bien o que esté mal, sino sólo estoy describiendo una realidad.
— ¿Pero no le ha dado participación al PRO en ninguna instancia de decisión ni de gobierno?
— No. Si hay algún otro partido que no sea el radicalismo que ha tenido alguna injerencia (en el gobierno mendocino) fue sido Libres del Sur, que maneja todo el esquema de desarrollo social, planes sociales y demás. Hay otra cosa muy importante: frente a reuniones que tenía la Mesa Nacional de JxC cada 15 días, desde las elecciones de 2021 hasta el día de la fecha no ha habido una sola reunión de Cambia Mendoza, jamás. Hubo una hace dos semanas a la cual no fuimos porque fue motivada justamente por nuestras quejas, pero ya era tarde porque tenemos las elecciones encima. En Mendoza no gobierna un frente sino el radicalismo, con todo lo bueno y lo malo que eso pueda significar.
— Usted es muy crítico del radicalismo mendocino.
— Soy crítico de algunas acciones del gobierno de Mendoza porque ha pretendido avanzar con decisiones que le criticamos al kirchnerismo en el país, como querer modificar la Suprema Corte de la provincia y un permanente avance sobre los organismos de control, que debilitan la histórica solvencia institucional que caracterizó a Mendoza. A su vez, nunca se reunió la Mesa de Cambia Mendoza para pensar juntos los temas centrales de la provincia. Esto habla claramente de un evidente desprecio por los partidos que integraron el frente en su momento. Como dije, en Mendoza no gobierna ningún frente. Gobierna el radicalismo y punto, y eso nos da la libertad de efectuar críticas constructivas que no deberían molestar, sino tomar nota para resolver. No hay que enojarse, hay que resolver.
— ¿Por qué cree que no se resuelve?
— Insisto: lo que hay que discutir es cuál es el rumbo de Mendoza porque hoy los que aparecen con algún nivel de proximidad al radicalismo tienen que ver con Libres del Sur y con (Sergio) Massa, con el Frente Renovador. Por un lado se dice que a nivel nacional no hay que ni siquiera hablar con Massa, como dijo Cornejo hace 10 días, pero el massismo es socio de Cambia Mendoza. Y Libres del Sur, que ha hecho de la toma de terrenos, de los aprietes a los supermercados y de los cortes de calles su acción política, es un socio importante. Hay que rediscutir estas cosas. Algunas cuestiones son centrales, como quiénes integramos el frente y hacia dónde vamos.
— Su posición tan irreductible permite suponer que un acuerdo con la UCR es imposible.
— Faltan tres meses todavía para el cierre de frentes electorales, a fines de abril. Todavía falta que corra mucha agua bajo el puente, pero Mendoza no está bien y es muy difícil coincidir si no logramos darle un viraje a la matriz económica de la provincia, trabajar fuertemente sobre el sistema educativo que está con muchos inconvenientes, si no trabajamos en profundidad en la política de viviendas, donde 2022 ha sido el peor año en 40 años en ese rubro. Igual, tenemos la esperanza de que finalmente podamos coincidir. Estamos dispuestos a dialogar, pero en este contexto actual es muy difícil.
— Si no hay acuerdo, ¿se pone en juego el triunfo de Juntos por el Cambio en Mendoza?
— No. Además de que las elecciones estarán desdobladas, lo que nos permite diferenciar la discusión nacional de la provincial, en Mendoza el kirchnerismo no tiene ninguna chance de pasar por el medio si eventualmente hubiera dos frentes, uno liderado por nosotros y otro por el radicalismo. El kirchnerismo ha secuestrado de tal manera al peronismo local que hoy lo transformó en una alternativa con escasa competitividad. Es mentira cuando dicen que por cualquier división nuestra se corre el riesgo de perder la provincia. Eso expresa nada más que la enorme inseguridad por competir en serio.
— ¿Y por qué usted no quiere competir dentro de las PASO?
— Porque algunos socios iniciales de Cambia Mendoza, producto de un radicalismo cada vez más cerrado y endogámico, se han ido perdiendo. Hace casi cuatro años que se fue el Partido Demócrata, un socio fundador. La Coalición Cívica ya en la elección anterior compitió por afuera. Para integrar un frente tenés que tener coincidencias. Después podés tener algunas diferencias metodológicas si vas a las PASO, pero es lo mismo que le dijera: ¿podemos hacer unas PASO entre Juntos por el Cambio y el kirchnerismo? No, no hay chances porque pensamos distinto en un montón de temas.
— Pero si usted se presenta en las PASO con los demócratas y la Coalición Cívica, podría ganar y se quedaría con la candidatura dentro del frente Cambia Mendoza.
— Hay partidos que no están dispuestos a someterse al maltrato actual de la conducción de lo que fue Cambia Mendoza. Algunos partidos dicen: “Si armamos un frente profundamente mendocino, que defienda los valores de las instituciones y de Mendoza podemos coincidir. Ahora, si nos vamos a meter en esa moledora de carne, no, no sirve eso”.
— ¿Pero Cambia Mendoza no tiene presencia del PRO y de la Coalición Cívica?
— Los partidos formalmente han estado fuera. Ahora, si vos querés inventar un afiliado para decir “aquí hay un sector del PRO, un sector del Partido Demócrata, un sector de los libertarios, un sector de la Coalición Cívica que bancan y acompañan esto”, es mentira. Es la intervención permanente sobre la vida interna de los otros partidos de Mendoza. A una provincia no se la conduce de esta manera, porque así arrancó (Gerardo) Zamora en Santiago del Estero. Zamora era un radical que venía a librar a los santiagueños de los Juárez y hoy es más peligroso de lo que fue Juárez en su momento.
— ¿Qué peligros imagina?
— Si en Mendoza no somos capaces de volver a la institucionalidad profunda que siempre la caracterizó, vamos a tener es una provincia cuyas instituciones principales van a estar atravesadas por el poder político, produciendo un nivel de asfixia complicado. El radicalismo hoy maneja la Corte, cuestión que nunca estuvo politizada en la provincia; maneja todos los organismos de control, tiene mayoría en ambas cámaras legislativas y una fuerte penetración en los medios a partir de la pauta. Hoy estamos entrando en una etapa de una Mendoza desconocida para sus costumbres y sus tradiciones. Si no estamos dispuestos a corregir estas cosas, es muy difícil ponernos de acuerdo en la construcción de un frente que después pueda ir a unas PASO. Más vale presentar opciones distintas y después podemos coincidir a nivel nacional en Juntos por el Cambio, que es lo importante.
— El gran dilema para Juntos por el Cambio es que la UCR a nivel nacional, a través de su presidente, Gerardo Morales, advirtió que si usted mantiene su postura en la interna mendocina podría llegar a replantear su participación en la coalición opositora.
— Sobre ese tema no voy a opinar. No voy a referirme a las posiciones de otros partidos.
— ¿Pero se siente respaldado dentro del PRO? En el Zoom de este miércoles, según trascendió, usted fue criticado por Bullrich y ni siquiera Rodríguez Larreta lo apoyó.
— No, eso no es real. No hubo ni respaldo ni falta de respaldo. Sacá tus propias conclusiones, pero Horacio dijo: “Yo me he bancado que el radicalismo vaya por afuera en la ciudad de Buenos Aires y nadie salió a bancarme”. Y fue solito contra Martín Lousteau (se refiere a las elecciones en 2017).
— La jefa del PRO le reprochó su postura.
— La opinión de Patricia, obviamente, está viciada porque tiene un acuerdo con Cornejo, entonces todo lo que pueda decir no es desde una posición independiente o imparcial sino desde la parcialidad y del interés personal. Yo se lo dije de frente: “Vos tenés un acuerdo con Cornejo y tenés que decirlo claramente, no estás hablando desde la presidencia del PRO”.
— Lo que es cierto es que si usted compite por afuera estaría violando el reglamento electoral del PRO y de JxC. No podrían hacer ninguna excepción si lo aprobaron todos.
— No, no hay que hacer ninguna excepción. El reglamento en el cual todo el mundo se referencia lo que dice es que en la provincias donde no hay PASO primero hay que ponerse de acuerdo y si no lo resuelven hay tratar de definirlo con encuestas y, si no, competir en una interna. Y donde hay PASO…
— Donde hay PASO, el reglamento dice textualmente que “todos los partidos se comprometen a utilizarlas como métodos de selección de candidatos”. En Mendoza hay PASO.
— Sí, correcto, pero primero hay que definir si hay o no frente en Mendoza.
— ¿Eso tiene que definirlo el PRO nacional?
— No, el PRO provincial porque hay que decidir si vamos a respetar o no el federalismo. No somos delegaciones del poder central. Nosotros tenemos nuestro PRO, constituido en Mendoza, y tenemos una actividad política muy fuerte, hemos crecido mucho, hemos sido el partido que más ha crecido en Mendoza, pero por lejos. Cuando yo asumí en 2015 la presidencia del PRO había un solo legislador provincial y no había legisladores nacionales, había un solo concejal en la capital, nada más. Hoy tenemos 9 legisladores provinciales, dos diputados nacionales y concejales en todos lados, o sea, el crecimiento que ha tenido el PRO en Mendoza es bien exponencial.
— Entonces, ¿cómo se resuelve este problema?
— El artículo 5 del reglamento electoral dice que “los partidos nacionales representados en la Mesa Nacional de JxC se comprometen a que en caso de que algún partido de orden provincial no respete lo definido en esta resolución, no podrá hacer uso del nombre Juntos por el Cambio u otras denominaciones equivalentes en la inscripción de la alianza electoral provincial”. O sea, el mismo reglamento establece el apercibimiento. Dicho de otra manera, podés no respetar este reglamento,
— Aun así, Bullrich amenazó con intervenir el PRO mendocino.
— Es una amenaza autoritaria, de hecho impracticable. Porque si van a intervenir una jurisdicción sin respetar lo que la propia jurisdicción elabora, habla muy mal del federalismo, de la defensa del principio federal de nuestro espacio. Porque con ese criterio el día de mañana si somos gobierno y una provincia no hace lo que dice el Presidente, ¿la intervenimos? No es así.
— ¿Cuál es la postura de Mauricio Macri y del resto de la dirigencia del PRO?
— Son todos muy cuidadosos. Tenemos que estar juntos a nivel nacional, pero puede haber diferencias en las provincias y deben respetarse. Dejemos que las jurisdicciones decidan.
— ¿Este conflicto no pone en riesgo la relación con el radicalismo en JxC?
— No tiene por qué ponerla en crisis. El acuerdo y la unidad a nivel nacional no están en juego bajo ningún aspecto. La unidad (de JxC) a nivel nacional es una necesidad para que el kirchnerismo se vaya del gobierno. Ahora, en Mendoza gobierna la UCR y no hay ninguna chance de que el kirchnerismo pase por el medio (de las dos listas). Son situaciones distintas.
— Entonces, ¿usted no considera tener una actitud rupturista?
— No, la pregunta en Mendoza es: ¿quién rompe? Cuando me preguntan si iré por afuera, yo respondo: ¿qué es ir por fuera o ir por dentro? ¿Quién representa mejores los valores de Juntos por el Cambio a nivel nacional?¿El PRO mendocino junto a la Coalición Cívica y el Partido Demócrata o el radicalismo junto a Libres del Sur y el partido de Massa? Nosotros creemos representar mejor los intereses de Juntos por el Cambio en la provincia de lo que lo hace hoy el radicalismo, que en función de gobierno hace cosas discutibles como un avance peligroso sobre los organismos de control, sobre la justicia y con índices económicos que no son buenos.
— Parece muy difícil que pueda integrar un mismo frente con la UCR.
— No pierdo la esperanza de que pueda haber un plan de gobierno arriba de la mesa que podamos discutir en serio y que hasta ahora no se ha visto.
— ¿Y está dispuesto a tomar la iniciativa, a llamarlo a Cornejo para sentarse a hablar?
— Estoy dispuesto a dialogar con cualquiera porque los intereses de Mendoza están por encima de cualquier interés personal.
Fuente: Infobae
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