Tras conocerse el pronóstico del INV, desde diferentes entidades señalaron que la escasez de uva tendrá un impacto alto en la cadena de precios del vino.
Este viernes se conoció el pronóstico de cosecha del Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) para la vendimia 2023, que arrojó una importante caída con respecto al año pasado, que si bien era de esperarse por las inclemencias climáticas, no deja de ser preocupante.
Este año a nivel nacional se espera un total de 15.352.900 quintales, es decir, un 21% menos que en 2022. Una situación similar ocurre en Mendoza, que concentra alrededor del 70% de la producción, con una caída del 23% pasando de algo más de 13 millones de quintales en 2022 a un estimativo de 10 millones para este año.

Esta merma en la cantidad de materia prima afectará a los valores de la uva, en principio, y al vino cuando se empiece a comercializar en algunos meses.
Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas de Vitivinícolas Argentinas, señaló que a pesar de que la cosecha alcanzaría para satisfacer la demanda del año, habría un impacto en los precios.
“Las bodegas ya hicieron una actualización al precio de la uva durante esta semana porque se veía venir una cosecha baja, pero seguramente va a subir algo más. Cuando se transfiera al valor del vino, se puede predecir un aumento de un 70 u 80% en los próximos meses”, explicó Ruggeri.


En tanto al valor que se pagaría el tacho de uva, este varía dependiendo la variedad y la cantidad que haya en los distintos sectores, pero estaría entre los 150 y 350 pesos.
Carlos Fiochetta, titular de la Coviar, señaló que tanto Mendoza como el país se debe acostumbrar a este tipo de cosechas, ya que hay una tendencia a la baja debido a las malas condiciones climáticas, escasez de agua y menos superficie cultivada.
“Será muy difícil mantenerse en el promedio de cerca de 24 millones de quintales. Creo que de ahora en adelante por múltiples factores como la sequía que es cada vez más notoria, las inclemencias del tiempo y la desinversión que lleva a menor cantidad de superficie cultivada. El promedio en los próximos años seguramente estará más cerca de los 18 o 20 millones de quintales”, señaló Fiochetta.
Desde INV emitimos la estimación de producción de uvas para Argentina. Claramente, las contingencias climáticas, la disminución de la superficie implantada de viñedos y la carencia de agua para irrigar nos llevará a tener una de las vendimias más bajas de los últimos años».

Por su parte, el empresario bodeguero Rodolfo Vargas Arizu indicó que espera que la cosecha sea menor, porque el daño de la helada solo se conoce cuando la uva se pesa, y recalcó que el problema de la vitivinicultura no está en sí alcanzará el vino para la temporada, sino en la perdida de competitividad, debido al atraso cambiario.
“El bodeguero que exporta, cobra un dólar a la mitad de lo que vale. Es una situación insostenible, Alberto Fernández le genera más daño a la vitivinicultura que las inclemencias climáticas”, expresó el bodeguero.
Según las estimaciones del INV, se prevé que la producción total sea de 15.352.900 quintales, lo que implica una disminución del 21% respecto de la cosecha 2022, que fuera de 19.368.030 quintales. En tanto que en Mendoza se estima una disminución del 23% con relación a la producción 2022.
Fuente: Diario El Sol.
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