Luciano Trejo tiene 15 años, es un malargüino que a su corta edad se manifiesta defensor de la música cuyana, a la que le pone voz y ejecuta con guitarra para difundirla en cada presentación, tanto pública como privada, en la que tiene ocasión de hacerlo.
Cuyo es tierra de guitarristas eximios, quienes presentan una pulcritud en el tratamiento instrumental y vocal de su cancionero, que es una verdadera muestra del buen gusto popular. En efecto, como se mencionada en el portal de Dirección General de Escuelas, son comunes las formaciones instrumentales en que intervienen guitarras y guitarrón, reproduciendo los planos agudos, medios y graves del concepto camarístico. También es notable el respeto al rol de cada instrumento, a la parte que le toca a cada instrumentista y a las variantes expresivas en la interpretación.
Esta parte de la geografía argentina ha desarrollado una auténtica escuela de la guitarra, principalmente con la técnica del plectro o «púa».
Luciano, hijo de María Eugenia Moyano y Oscar Trejo, es un fiel representante de todo ello, por su sangre corre sangre cantora.
Oscar fue parte de la primera formación de Las voces del Salitral, ya que su familia reside en El Salitral norte. Ha compartido presentaciones con otros grupos musicales y cada vez que puede “despunta el vicio”.
El abuelo paterno de Luciano, Olegario, fue cantor y la abuela materna, Juanita Villar, es fiel representante de las mujeres cantoras de nuestro Malargüe.
Desde chico Luciano tenía guitarras de juguete para entretenerse. Se ubicaba junto a su papá a imitarlo mientras tocaba el instrumento y así, éste, le fue enseñando las primeras notas. Improvisaba escenarios sobre una silla o mesa, según mencionó su madre.
Cuando el niño tenía 7 años, y viendo el interés por la música, los padres decidieron enviarlo a la escuela artística, pero no pudo ingresar sino dos años después porque no cumplía con la edad mínima para hacerlo.
“Estuve muy poco tiempo en la escuelita porque sentía que no me enseñaban el estilo folklórico cuyano que me gustaba. Además, me aburrían las partituras” recordó.
Después, varios artistas de Malargüe le fueron enseñando y su perfeccionamiento llegó de la mano del guitarrista Fabián Arroyo.
Fue Arroyo quien lo invitó a participar en un concurso de canto, que se realizó en el histórico Fortín, donde resultó ganador junto a Kevin González y recibieron como galardón la posibilidad de grabar un disco, que lleva por título “De nuestra esencia”.
Esa primera experiencia lo motivó a realizar cada día mejor lo que hasta ese momento era un gusto personal, un simple juego.
“Me agrada escuchar música cuyana para así elegir los temas que voy a intentar hacer. Empiezo a practicarlos y cuando me convocan para una actuación los ensayo durante más tiempo para presentarlos. Saco los temas de oído, como se dice, por eso no me gustaba lo de la escuelita artística” indicó el joven.
“Cuando defino un tema lo voy practicando con la guitarra, sacando las notas de las melodías y me aprendo de memoria la letra. Como me gusta mucho no es algo que me resulte difícil, muchos me han dicho que ese es un don” agregó.
Su primera presentación en el escenario mayor de Malargüe, el de la Fiesta nacional del chivo, fue de la mano de Ramón Perea, que lo invitó en 2019 a ser parte del espectáculo que hizo en esa ocasión. Fue tal la recepción que tuvo que al año siguiente el artista lo volvió a convocar. Luego la organización contrató a “Lucianito” para que formara parte de la grilla oficial.
De allí en adelante le surgirían numerosas presentaciones públicas y privadas, en Malargüe, otros departamentos de Mendoza e incluso en la República de Chile.
“Cuando era más chico me daba algo de miedo presentarme ante la gente, pero después lo he ido perdiendo y disfrutando de esos encuentros” reconoció.
Hizo su jardín de infantes y la primaria en la escuela Gendarme Argentino. Actualmente, cursa el tercer año en la técnica electromecánica Eugenio Izasky.
“Cómo complementás los horarios de la escuela con los de la música” le preguntamos a lo que nos contestó “la prioridad es la escuela, mi mamá es maestra asique no tengo alternativas (risas). Me gusta la escuela y trato de ir bien. La verdad que se me complica con el tema de los ensayos cuando tengo una actuación porque curso varios contraturnos y después tengo que coordinar con los músicos (Sergio Corales y su hijo, quienes lo acompañan actualmente) y los horarios de ellos. Implica un esfuerzo, pero tampoco es imposible”.
Otro tramo de la entrevista, que mantuvimos en el transcurso de la semana pasada, estuvo centrada en la música folklórica cuyana, que para quienes nos leen desde otros lugares, debemos mencionar “presenta un marcado parentesco con la chilena y ambas con las originales españolas que fueran americanizadas o acriolladas. Los ritmos más difundidos son la tonada, el gato (en esta región, con dos giros en la danza), la cueca (también presenta una forma regional distinta a la norteña) y el vals. Todas estas composiciones se pueden bailar con pareja suelta, a excepción de la tonada, que es una de las pocas especies líricas que no tienen coreografía”.
“Me gusta interpretar la música cuyana, lamentablemente está perdiendo su versión tradicional y no se escucha mucho. Me agrada presentarla en las actuaciones que me ofrecen porque creo que es una manera de ayudar a no perderla” afirmó el artista.
Cree que cantores, productores y hasta los organismos oficiales de cultura deben realizar una labor conjunta para ayudar a difundirla y “no dejarla caer”.
“Mi mensaje para los jóvenes es que se den el tiempo para conocer la música folklórica cuyana y si les gusta que no la abandonen. Son muy lindas sus letras y sus ritmos” afirmó.
Luciano ama estar en el campo, tiempo libre que tiene se va ayudarle al puesto donde reside su abuela, Juanita Toledano.
Aguarda con expectativa ser convocado para la próxima edición de la Fiesta nacional del chivo, pues su única hermana, Juliana, entregará el cetro de reina. Seguramente será la ocasión para que el gran público que se dé cita y disfrute de la música folklórica cuyana, entregada por una voz juvenil y fresca, con identidad bien marcada.
Actuación de Luciano Trejo (gentileza AC Records)
Nota de Eduardo Araujo.
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