Ante los dichos de Javier Milei, Presidente electo hace unos días, sobre las medidas de privatización de algunos entes estatales entre los que se encuentra Radio Nacional, hemos visto una serie de publicaciones de varios malargüinos, entre los que se encuentran las propias autoridades y trabajadores de la LV 19, en defensa de dicha radio.

Es cierto que esta reacción es válida porque se desprende en rechazo de lo expresado por el propio Milei, y ante el temor de perder el trabajo de años de muchos, es entendible el reclamo.

Yo, personalmente, entiendo el rol social y estratégico de la radio pública, y estoy a favor de defender su existencia por la importancia que posee a la hora de informar, de llegar a lugares lejanos donde otras radios no llegan, de ser un servicio valioso a la comunidad toda, etc.

Pero en este contexto no puedo evitar preguntarme algunas cosas… ¿La LV19 es realmente pública o es para unos pocos?, ¿Es independiente y funcional a los intereses de un pueblo como el nuestro o es digitada desde más arriba con intereses que nos son ajenos?,  ¿Está libre de ideologías y responde a bajadas de línea cargadas ideológicamente?, ¿Es plural o solo sirve a los intereses del partido político de turno?

Creo que quien lea esta nota entenderá perfectamente a lo que me refiero, ya que desde que asumió la dirección el señor Walter Samchuck, la emisora se convirtió en una repetidora de la propaganda oficial del gobierno nacional kirchnerista, a quien más del 60% de los malargüinos expresó claramente su repudio en las elecciones del pasado domingo.

Además, algunas voces importantes, como la de nuestro propio Intendente Juan Manuel Ojeda estaban prohibidas, y muchas veces esee medio traccionó peligrosamente contra los intereses comunes de los malargüinos, como en el caso de la postura ante la negativa de Alberto Fernandez de la construcción de Portezuelo del Viento, primero justificando sus dichos y luego no asistiendo a la cobertura de la caravana de miles de personas que se manifestaron por este tema en nuestra avenida principal.

A modo de reflexión final, debemos velar por cuidar y mantener Radio Nacional, es muy importante su rol para nosotros, sobre todo para nuestra querida gente de la zona rural, pero también evitemos y repudiemos que estos espacios se vean invadidos por estos vicios de ser para unos si y para otros no, dependiendo de la simpatía política de turno y siendo sólo útiles a quienes los conducen por acomodo de tal o cual partido.

La radio pública es de todos, no nos olvidemos nunca.

Por Víctor Reyes, DNI 21.xxx.400

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