“Luego de grandes caudales en los ríos, los aportes del deshielo están llegando a su fin”, aseveró el jefe de Distribución del río Mendoza, Carlos Sánchez, y calificó este año de “atípico”, por la cantidad de agua en los ríos.
Las altas temperaturas y las profusas nevadas que se registraron en la Cordillera de los Andes colmaron los cauces de los ríos Mendoza y a ello se sumó precipitaciones pluviales de largo alcance, que también hicieron un aporte y contribuyó en la constitución de un año con características disímiles en relación con la época de sequía que sufría la provincia hace 15 años.
No obstante, “las estaciones nivométricas marcan que no queda mucho de deshielo” confirmó el jefe de Distribución del río Mendoza, Carlos Sánchez.

Esta semana, los caudales de los ríos, a causa de las temperaturas más bajas, se han visto un poco reducidos.
Los cambios en el clima que se producen en Mendoza también son una variable de lo que ocurre a nivel mundial con el cambio climático.
Al respecto, Sánchez aclaró: “Es un año atípico. Venimos de un período de 15 años de escasez hídrica, solo interrumpido por el período 2015-2016, que fue bueno, cercano a la media, pero no tan abundante como este 2024.
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