En la siesta de ayer, domingo 3 de marzo, en vuelo de línea, Alfredo Cornejo y un grupo pequeño de funcionarios partió rumbo a Canadá para participar de la convención de minería más importante del mundo, la Prospectors & Developers Association of Canada (PDAC), que se extenderá hasta el miércoles 6.
Esta misión oficial se da en un contexto particular, en el que Mendoza, ahora sí, apunta a activar proyectos de minería metalífera a gran escala, principalmente de cobre.
Se preveía que la comitiva arribara por estas horas a Toronto, la ciudad más poblada de Canadá, pero no su capital, que es Otawa. Además de Cornejo, viajaron la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre; el director de Minería, Jerónimo Shantal; y el CEO de Impulsa Mendoza, Emilio Guiñazú, quien ya estuvo en 2023 en este evento, junto con el entonces gobernador Rodolfo Suarez.
Sin embargo, en el Gobierno (y en el sector minero) destacan que para esta ocasión, Mendoza está decidido a «sacarle más provecho», ya que hay un camino iniciado con avales para exploración de un puñado de proyectos de cobre que eventualmente se podrían explotar incluso con la Ley 7722 vigente. De hecho, no es menor que en medio del conflictivo escenario nacional, el gobernador Cornejo se haya subido al avión.
Otro dato no menor es que días antes de la misión que encabeza Cornejo en Canadá, la ministra Latorre confirmó al Post que Mendoza se sumará a la Mesa del Cobre que armaron San Juan, Catamarca y Salta. Tampoco es irrelevante que esa decisión haya contado con el respaldo de la oposición e incluso del Partido Verde, que hasta ahora se venía oponiendo a toda iniciativa que favoreciera la explotación de minerales en la provincia.
En síntesis, este Gobierno está llevando a cabo un conjunto de acciones con el que busca demostrar a los potenciales inversores que Mendoza habría dejado de ser una provincia antiminera. En ese contexto, en la feria de Canadá promocionarán y darán a conocer las «fichas técnicas» de los proyectos que ya están en exploración, para los que nunca estarían de más nuevos socios, y otras áreas con potencial.
Coparticipación provincial: la primera misión tras el retorno
Una vez que concluya la misión en Canadá, cuando el gobernador aterrice nuevamente en Mendoza, una de las primeras acciones de su gestión será enviar a la Legislatura un proyecto de ley para actualizar los criterios de reparto de coparticipación entre los municipios.
En Casa de Gobierno, ya tienen preparado el borrador del proyecto de ley, con el que Cornejo y su ministro de Hacienda Víctor Fayad buscarán disipar las críticas de intendentes, propios y opositores. De hecho, durante el Desayuno de la Coviar de este sábado, surgieron algunas reuniones espontáneas entre alcaldes de diferentes signos políticos que intercambiaron datos sobre cuánto dinero perdían con el nuevo esquema de reparto de coparticipación.
En realidad, el esquema no se modificó. El año pasado y también en 2024 los fondos provinciales se coparticipan a los municipios de la siguiente manera: un 25% en partes iguales; un 65% de acuerdo con la cantidad de habitantes y un 10% con un coeficiente que busca equilibrar algunas «injusticias». Lo que sucedió fue que para repartir ese 65% mencionado, ahora se usan los datos del Censo 2022, que benefician principalmente a dos municipios -Luján y Maipú- porque básicamente son los que más crecieron en población.
Sin embargo, con diversos argumentos, hay intendentes que sostienen que el Censo 2022 se hizo mal, entre estos, los radicales Diego Costarelli (Godoy Cruz) y Francisco Lo Presti (Las Heras), y el peronista Omar Félix (San Rafael): sostiene que no coinciden con algunos padrones comunales de pacientes en centros de salud o el desarrollo de nuevos barrios, y uno de ellos hasta pone de ejemplo el caso de familiares a los que nunca censaron.
Los argumentos para reclamar una porción más grande de la «torta» de la coparticipación son diversos. El intendente de Guaymallén, Marcos Calvente, y el de Ciudad, Ulpiano Suarez, han reiterado que al repartir los recursos provinciales debería haber una polinómica, en el que la población sólo sea uno de varios ítems, y sumar eficacia en el gasto, servicios que presta la comuna, cantidad de calles asfaltadas, y mucho más.
En principio, el Gobierno buscaría dejar contentos a todos (o al menos no tan enojados) a través del «Coeficiente de Equilibrio del Desarrollo Regional»: ese 10% de la «torta» con el que se buscaría reparar presuntas injusticias o, como el nombre lo dice, «equilibrar» la balanza. Esto terminará de develarse una vez que el gobernador Cornejo regrese de Toronto.
Fuente: Mendoza Post.
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