En una fría tarde, un grupo de residentes venezolanos en Malargüe, acompañados por algunos amigos de la comunidad local, se reunió ayer, sábado 17 de agosto, para testimoniar su apoyo a la distancia al pueblo venezolano que lucha por la libertad y contra la tiranía del régimen chavista. La concentración fue un acto simbólico, en paralelo a la multitudinaria marcha que se llevó a cabo en la capital venezolana y en las principales ciudades del país sudamericano.
El grupo expresó su rechazo al régimen de Nicolás Maduro, quien se ha negado a reconocer el triunfo de la oposición en las recientes elecciones. Maduro ha utilizado diversos artilugios para lograr el reconocimiento del Consejo Nacional Electoral, sin haber mostrado hasta el momento una sola acta de los resultados de las mesas electorales. Esta situación ha generado gran indignación tanto dentro como fuera de Venezuela, y la comunidad venezolana en Malargüe no es la excepción.
Uno de los testimonios recabados durante la concentración en Malargüe, el de Carolyne, remarcó «nos duele estar lejos, pero no podemos quedarnos callados. Sabemos que nuestro país está atravesando una de las peores crisis de su historia y debemos alzar la voz desde donde estemos».
Otro participante, también venezolano y residente en Malargüe, destacó la importancia de la solidaridad internacional. «Es fundamental que el mundo sepa lo que está ocurriendo en Venezuela. No podemos permitir que un régimen tiránico siga oprimiendo a nuestro pueblo. Agradecemos el apoyo de los malargüinos que se unieron a nosotros hoy», manifestó.
La concentración, aunque modesta en número, fue significativa para los presentes, quienes aseguraron que continuarán realizando este tipo de manifestaciones mientras la situación en su país no cambie. «Esto no es solo un problema de Venezuela, es un problema de derechos humanos y de democracia. Estamos aquí para recordarle al mundo que no nos rendimos», afirmó otro de los manifestantes.
Finalmente, los venezolanos en Malargüe reiteraron su esperanza de que la situación en su país mejore y que algún día puedan regresar a una Venezuela libre y democrática. «Soñamos con volver a nuestra tierra, pero una tierra libre, sin miedo, donde podamos vivir en paz», concluyeron.
La comunidad venezolana en Malargüe continuará vigilante y unida, manteniendo viva la llama de la esperanza y la lucha por la libertad de su país, esperando que pronto lleguen tiempos mejores para todos los venezolanos.
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