Han pasado más de dos semanas desde las fuertes tormentas del 5 de enero que afectaron a la zona de La Escondida, y los vecinos siguen reclamando por la mejora de las rutas y caminos dañados. A través de publicaciones en redes sociales, los pobladores insisten en la necesidad de que las autoridades tomen medidas concretas para reparar las vías afectadas, incluyendo puestos en la zona de Borbarán, el camino a La Menta, la ruta 190 y parte de la 186.
Las intensas precipitaciones causaron el desprendimiento de formaciones rocosas, la aparición de cárcavas y el anegamiento de tramos importantes de las rutas y caminos vecinales, generando en algunos casos la formación de zanjones. Esto ha dificultado el tránsito vehicular, afectando directamente a productores, empresas y ganaderos locales, quienes dependen de estas vías para transportar sus productos.
El deterioro de las rutas 186, 190 y los caminos cercanos a Borbarán ha sido particularmente grave, afectando tanto la movilidad como las actividades económicas de la región. Desde el municipio, se informó que se solicitó oportunamente la reparación de las vías, pero los habitantes aseguran que, hasta el momento, no se han visto avances significativos.

Diario Digital Ser y Hacer publicó días atrás el testimonio de un productor de la zona que sufrió la pérdida de varias decenas de animales (leer aquí) , además del anegamiento de viviendas y corrales como consecuencia de estas lluvias. La falta de atención a esta situación ha incrementado la preocupación y la impaciencia de los vecinos, quienes consideran urgente la intervención en estas vías.
«Dependemos de estos caminos para llevar nuestros productos al mercado, y con esta situación todo se complica», comentó uno de los productores afectados.

Otros pobladores han manifestado que las rutas en mal estado también representan un riesgo para quienes necesitan movilizarse por razones de salud u otras necesidades.
A pesar de las solicitudes y los reiterados reclamos, la reparación de las rutas y caminos sigue siendo una deuda pendiente. Mientras tanto, los habitantes de La Escondida esperan que las autoridades brinden una respuesta concreta y prioricen una solución que consideran indispensable para la vida diaria y el desarrollo de la zona.
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