Es a partir de una iniciativa de la diputada Hebe Casado (PRO-FCM) que solicitó que se permita el acompañamiento, por parte de sus allegados a pacientes con Covid-19, internados en salas de terapia intensiva que se encuentren en estado crítico e irreversible.
El proyecto fue tratado y aprobado en la sesión de Diputados de Mendoza.
La legisladora pone de relieve que uno de los derechos de los pacientes es morir acompañados por sus familiares o allegados, lo que puede ser posible si se aplica un protocolo (que deberán establecer las autoridades sanitarias).
El ingreso al lugar donde esté el paciente deberá ser con indumentaria como la que utilizan los prestadores de la salud.
Casado explicó que de esta manera los pacientes podrán tener «parte de sus derechos: morir acompañado es lo que cualquier persona quisiera, en esta pandemia se ha visto violado», pero también porque podría ser un incentivo para la recuperación.
En los fundamentos del proyecto señaló que la actividad asistencial ha debido modificarse lo que ha obligado a cambiar y adaptar todas las modalidades y dinámicas del entorno asistencial y a modificar el régimen de visitas hospitalarias y la permanencia de los familiares junto a sus seres queridos, tanto para familiares de personas ingresadas afectadas por COVID-19 como a las ingresadas por otras causas y ha generado una de las consecuencias más duras de este período: que las personas ingresadas en el hospital no puedan estar acompañadas por sus seres queridos en los momentos finales de agonía y muerte cuando por desgracia esta sobreviene como punto final de la vida.

Esta epidemia hace imprescindible el aislamiento de las personas infectadas, lo cual supone añadir a la enfermedad un factor de desconcierto y desgarro familiar del que no teníamos experiencia.
Los pacientes que requieren hospitalización, o están institucionalizados en residencias, sufren de manera especial esta desconexión de sus seres queridos. Lo mismo ocurre con aquellos pacientes que presentan especial vulnerabilidad como son las personas con discapacidad o los menores de edad. El sufrimiento se hace especialmente lacerante cuando un paciente entra en la fase final de su vida con esta privación afectiva.
Así es que se solicitó al Poder Ejecutivo se permita el acompañamiento por parte de allegados a los pacientes con Covid-19 cuando su estado es crítico e irreversible.

La realidad es que los pacientes afectados en dichas circunstancias permanecen completamente aislados en salas de terapia intensiva y solo se permite el acceso del personal médico.
El acompañamiento como el apoyo espiritual o religioso constituyen igualmente derechos proclamados en diferentes regulaciones de derechos de los pacientes y que han cobrado especial relevancia estos últimos años dentro de los diferentes planes de humanización de nuestro sistema de salud.
A tal efecto es necesario prever que el acompañante luego de recibir las recomendaciones necesarias, utilice un equipo de protección específico e ingrese para poder estar junto al paciente.

Establecer medidas de acompañamiento de los pacientes en situaciones de mal pronóstico inmediato y evitar la soledad de los pacientes deben ser objetivos prioritarios dentro de las estrategias de humanización de cada centro hospitalario.
Es así, que ante los nuevos datos sobre el avance y control de la enfermedad COVID-19 y con el objetivo de garantizar una muerte lo más digna posible, acompañada y en las mejores condiciones que la situación permita, se propone a los diputados, la aprobación del presente Proyecto.
Fuente: Diario del oeste.
