
Los centros de estudiantes son órganos democráticos de representación que permiten a los jóvenes expresar sus inquietudes, defender derechos y organizar actividades. En Malargüe, funcionan en seis escuelas secundarias.

En las escuelas secundarias, los centros de estudiantes cumplen un rol fundamental como órganos democráticos de representación estudiantil. Se trata de espacios donde los alumnos pueden expresar sus inquietudes, organizar actividades y participar en la vida institucional. En Malargüe, actualmente funcionan en las escuelas ESTIM, ISMA, Aborigen Americano, Electromecánica, Cronin y Pierini.
La Ley Nacional 26.877 establece que los estudiantes de todos los niveles secundarios y de educación superior tienen derecho a organizar centros de estudiantes, lo que garantiza un marco legal para su funcionamiento en todo el país.
Entre sus funciones principales se encuentran representar a los estudiantes frente a las autoridades, canalizar reclamos, defender derechos y promover la participación estudiantil. Estos organismos facilitan el ejercicio de la ciudadanía desde jóvenes, fomentando el debate, la deliberación y la organización de actividades.

Además, los centros de estudiantes aportan al mejoramiento de la calidad educativa. A través del diálogo con directivos y docentes, los alumnos pueden presentar propuestas que contribuyan a mejorar la infraestructura escolar, la convivencia y los recursos disponibles.
También cumplen un papel central en la vida social de las instituciones. Promueven actividades culturales, deportivas y solidarias que fortalecen el compañerismo, la integración y el sentido de pertenencia a la escuela.

La participación en estos espacios aporta, además, al crecimiento personal de los adolescentes. Ser parte de un centro de estudiantes desarrolla habilidades como liderazgo, organización, responsabilidad, comunicación y resolución de conflictos.
En el plano social, su importancia radica en que fortalecen la cultura democrática desde la juventud. Al involucrarse en procesos de votación, debates y toma de decisiones, los estudiantes aprenden a ejercer sus derechos y responsabilidades cívicas, lo que impacta positivamente en la comunidad educativa y en la sociedad en general.

La experiencia de Malargüe demuestra que los centros de estudiantes son una herramienta de empoderamiento juvenil. Permiten a los alumnos tener voz dentro de sus escuelas, incidir en el entorno y promover un mejor clima escolar basado en el respeto y la inclusión.
A lo largo de los años, en distintas escuelas se han concretado numerosos proyectos impulsados por los centros de estudiantes. Estas iniciativas han hecho posible que se cumplan sueños colectivos, generando mejoras en la vida escolar y promoviendo actividades que enriquecen la experiencia educativa. Gracias a su permanencia y trabajo constante, los centros de estudiantes movilizan la vida institucional de una manera más dinámica y cercana a las necesidades de los jóvenes, siendo un pilar en aquellas escuelas que los sostienen año tras año.
Algunos Centros De Estudiantes de Malargüe




