
Tras los incidentes del martes 4 de noviembre, la sede local de la UOCRA quedó con importantes daños materiales. Los relatos de cómo se vivió el hecho y cómo quedaron las instalaciones.

La sede de la Unión Obrera de la Construcción de la República Argentina (UOCRA) en Malargüe quedó con importantes daños materiales luego del violento conflicto ocurrido el martes 4 de noviembre. Hubo intervención policial, varios heridos y personas detenidas durante el operativo.
El equipo de Ser y Hacer ingresó al inmueble y comprobó que las oficinas quedaron con puertas y ventanas rotas, vidrios destrozados, escritorios dañados y sectores de la cocina totalmente desmantelados. El edificio permanece cerrado mientras se evalúan los daños y se avanza en las acciones legales correspondientes.
El secretario local de la UOCRA, Patricio Olivares, aseguró que el sindicato fue tomado por personas ajenas al gremio y que la conducción nacional ya está informada. “Pedimos a los trabajadores que no depositen su confianza en esta gente. Hemos trabajado muchos años para tener un espacio digno, y hoy eso fue destruido”, expresó.




Olivares agregó que cuenta con el respaldo de UOCRA Nacional y que representantes de Buenos Aires llegarán a Malargüe para colaborar con la reorganización. “Vamos a dejar el sindicato en las condiciones que corresponde para atender bien a los trabajadores”, indicó.
Cristina, propietaria de la vivienda donde funciona la sede sindical, comentó que “hace más de 15 años que alquilo la casa a la UOCRA y siempre la han mantenido bien. Me avisaron que la tomaron y la destrozaron. Hubo elecciones hace poco, ganó una facción, y la que perdió se metió en la casa. El que rompe paga”.
La propietaria explicó que fue el sindicato quien la contactó y que, tras informar a Buenos Aires, se activó la intervención de los abogados de la UOCRA Mendoza. “No voy a hacer denuncia porque la casa tiene seguro y el sindicato siempre ha respondido”, señaló.

Uno de los heridos en el conflicto

A su vez, el empresario hotelero Martín Segovia, vecino del lugar, contó que “fue una escena que nunca se había visto en Malargüe. Rompían todo; había piedras, hierros y autos dañados. Incluso hubo personas heridas”.
Las autoridades locales realizan tareas de relevamiento y limpieza en la zona, mientras la sede de la UOCRA permanecerá cerrada hasta nuevo aviso, a la espera de reparaciones y peritajes.
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Fuente: Ser y Hacer.

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