
Estudiantes de la Escuela Ingeniero Eugenio Izsaky obtuvieron el segundo y tercer lugar en el certamen organizado por Fundación Tassaroli en San Rafael. Los proyectos Cortadora láser y Agrobot fueron destacados por su aporte educativo y tecnológico.

El talento estudiantil de la Escuela Ingeniero Eugenio Izsaky fue protagonista en la edición 2026 del Concurso Proyecto Más Innovador, organizado por la Fundación Tassaroli en el Centro de Congresos Alfredo Bufano de San Rafael. La iniciativa reunió a instituciones técnicas del sur mendocino y reconoció proyectos educativos con enfoque productivo.
En esta edición, los alumnos de la Izsaky obtuvieron el segundo y el tercer lugar con dos desarrollos que reflejan su dedicación y compromiso con la formación técnica. El logro fue celebrado por docentes, familias y directivos como un reconocimiento al esfuerzo sostenido de los jóvenes.

El segundo puesto fue para la cortadora láser diseñada por estudiantes de quinto primera. El proyecto contempló la creación del sistema mecánico, la electrónica y la operatividad del dispositivo, orientado a la fabricación de prototipos dentro del entorno escolar. Sus autores fueron Alexander Castillo, Lautaro Coluchi, Ignacio Herrera y Quimey Ravotti.

El tercer lugar recayó en Agrobot, una sembradora de ajo robotizada desarrollada por alumnos de sexto primera. El dispositivo puede operarse mediante programación o conectividad Bluetooth desde un teléfono celular, integrando conceptos de automatización aplicados a actividades agrícolas. El equipo estuvo conformado por Agustín Bertero, Marianela Mendoza, Enzo Moraga, Martina Romero Flores y Luca Segura.

El jurado destacó la calidad de los trabajos y la capacidad de los estudiantes para transformar conocimientos técnicos en soluciones prácticas. Para los jóvenes, el reconocimiento representó un estímulo al esfuerzo personal y al trabajo en equipo, luego de meses de planificación, pruebas y ajustes.

Los premios consistieron en un aporte económico y una caja de herramientas para la institución, elementos que permitirán reforzar los talleres y espacios de práctica. El desempeño alcanzado por la Izsaky evidencia el valor de la educación técnica en la región y su aporte al desarrollo industrial y tecnológico.

Estos resultados ponen de manifiesto el compromiso de los estudiantes con su formación y la importancia de generar espacios que permitan expresar su creatividad y capacidades. Para Malargüe, estas experiencias refuerzan la construcción de vocaciones vinculadas a la tecnología y la producción.










