A la edad de 77 dejó de existir en la madrugada de hoy la señora Manuela «Lita» Trejo Vda. de Palomeque.
Hoy, a las 17:00, en el cementerio de la ciudad de Malargüe se le realizará un responso y recibirá sepultura una hora después, en dicho cementerio.
Ser y Hacer de Malargüe on line hace llegar su más sentido pésame a familiares y amistades de la la querida «Lita».


La señora Manuela fue una recordada docente de la escuela Tte. Gral. Rufino Ortega y también se desempeñó como comerciante al frente de Tienda Blanco y Negro, tarea que compartía con uno de sus hijos.
A modo de cariñoso recuerdo publicamos parte del reportaje que le hicimos, en 2019, con motivo de los 100 años de la escuela Rufino Ortega.
“Mi primer día de clases como maestra titular fue el 14 de marzo de 1966 en la escuela Rufino Ortega. Encontré una comunidad que me acogió muy bien, la considero mi escuela porque ahí empecé mi carrera docente y ahí la terminé en 1996. Como maestra siempre estuve en primer grado y en alguna oportunidad pasé a segundo con el mismo grupo. Ser maestra de primer es hermoso, máxime que cuando empecé no teníamos jardín de infantes. Tengo esos recuerdos de los chicos cuando se les caía el primer diente ¡La emoción inmensa cuando leían las primeras palabras o aprendían los números! Hoy tengo amigas que fueron compañeras el primer día de clases como ´Negrita´ Bertani, Odalia Mercado, Fanny Medero y tantas otras. Tengo muchas anécdotas una muy graciosa nos pasó un 25 de mayo, como no teníamos un tocadiscos ensayamos los bailes con los chicos cantando las maestras, para el día del acto le pedimos a la radio un disco con las danzas y alguien llevó un tocadiscos. Cuando los chicos escucharon la música estaban tan perdidos que no sabían para donde ir (risas). Otra vez el director, Sr. Nicolás Andrés Quevedo, nos hizo adornar toda la escuela celeste y blanco, el patio, los árboles que estaban cerca. Estuvimos todo un día trabajando las maestras eso, en la noche hubo viento tan fuerte que cuando llegamos al otro día se habían volado los moños, guirnaldas y cintas (risas). Siendo director Quevedo, en 1968, se inauguró el edificio actual. Recuerdo la despedida del viejo edificio, cuando se tocó la campana por última vez, porque en el nuevo teníamos timbre. Tuvimos padres y madres muy comprometidas, gente con muchas ganas de trabajar que seguían trabajando, aunque sus hijos fueran a la escuela, como la señora Dorita de Marengo. Fui dos años directora, justo cuando se hizo la ampliación por la calle Saturnino Torres o el ala norte, como ahora le dicen. Después volví a ser vicedirectora y me jubilé en ese cargo, con 30 de servicio. Mi paso por la escuela Rufino Ortega fue una etapa maravillosa de mi vida y fui muy feliz”.
Que brille para Lita la Luz que no tiene fin.

