Este último domingo de noviembre el pronóstico anticipa de una temperatura máxima de 24°, con cielo parcialmente nublado, por eso es bueno levantarse planeando realizar una salida fuera de casa.
A escasos kilómetros de la ciudad de Malargüe, por ruta totalmente pavimentada, junto al dique Blas Brísoli, se encuentra el criadero de truchas Cuyam-Có. Un lugar ideal para disfrutar del aire libre, compartir con amigos y familiares en el camping de ese establecimiento, este primer fin de semana que se permitieron las reuniones sociales de hasta 15 personas al aire libre, o bien de su restaurante que cumple con el estricto protocolo de actividades gastronómicas.
El visitante puede llegar y elegir en las piletas que tiene el criadero la trucha que desea consumir. El personal del establecimiento la extrae en el momento. Luego se accede al comedor y mientras está esperando para comerla puede degustar algunos productos de degustación en la entrada como paté de trucha, trucha ahumada, un pan casero, pan saborizado, una tortillita de papa a la Suiza. Mientras, la trucha, en 15 minutos, sale del horno. La preparación de la trucha es simple, realizada al papillote, para saborear su sabor. Se acompaña con unas papas al natural para que, realmente, los gustos naturales del producto, se identifiquen. Se ofrecen cuatro tipos de postres.


En el lugar, se puede hacer la visita a las instalaciones, que puede ser guiada o no, donde se pueden ver todos los tamaños de trucha, todos los estadios, y recorrer por todos los lugares, hasta el coto de pesca, que el complejo tiene. Al lado, hay un frondoso camping, que se puede usar pasar el día o acampar.
Cuyam-co es uno de los pocos del país criaderos que tiene su restaurant que se sirva una trucha en forma natural.


“Se puede venir, buscar las truchas, y llevarlas frescas para consumirlas en la casa, o directamente, si nos llaman por teléfono, nosotros se las podemos llevar hasta su casa” indicó César Gatica, su propietario en el marco de una recorrida con periodistas malargüinos que organizó durante la semana pasada la Dirección de promoción y políticas turísticas de la municipalidad de Malargüe.
El comedor, al mediodía, está abierto a partir de las 13:00, hasta las 14:30. Y a la noche siempre atiende temprano, para sentarse a comer 19:30-20:00, como máximo.
“Para venir a pescar, hay que traer su equipo de pesca, y este año vamos a implementar el derecho de pesca, que es $500. Está abierto todos los días, de lunes a domingo, todos los días del año.

El camping, para pasar el día, tiene un costo $200, de 09:00 a 20:00, y para acampar, $400 por persona.
La pileta estará habilitada en los próximos días, bajo los protocolos fijados a nivel gubernamental.
“Nosotros acá, tenemos cuatro empleados, que viven sus familias con el trabajo que tienen acá, y lo hemos podido sostener en el tiempo en esta cuarentena, para empezar esta temporada para seguir avanzando en nuestro destino, que es Malargüe. El turismo interno que hemos recibido ha sido de Mendoza, fundamentalmente, toda la zona de Valle de Uco, la ciudad de Mendoza, San Martín. Muchos, era la primera vez que visitaban Malargüe, y se han ido muy contentos de nuestro Malargüe” expresó Gatica.
Las truchas de Cuyam-Có se ofrecen en varios restaurantes de nuestra ciudad donde llega fresca porque los pedidos se realizan de manera diaria. Los productos que se ofrecen son de excelente calidad, criados con agua de manantial y bajo la supervisión de César Gatica que es Técnico en piscicultura y ha realizado numerosas capacitaciones, tanto para la crianza de las truchas como para el servicio del restaurant.




Fotos: Agencia municipal de comunicación.
