Por Fer Tau
Vivimos en el departamento de Malargüe, podríamos ser un país. Tenemos una superficie de más de 41.000km2 que nos dejaría en el puesto 131 en ranking mundial de países ordenados por superficie en km2.
En densidad de población, si solo contemplamos cuanto espacio hay disponible por habitante, seriamos primeros cómodos con casi un habitante por km2, pero Groenlandia nos sacó un par de cabezas de ventaja, no creo que podamos superarlos a nuestros vecinos del hemisferio norte. Así que disfrutemos del Km2 que nos corresponde a cada habitante.
La Ciudad del Vaticano tiene solo 1.000 habitantes en menos de medio km2, acá tenemos cerca de 5.000 empleados públicos (municipales, provinciales y nacionales) en una densidad de una persona por km2 contra dos mil personas por km2 de la Santa Sede. O sea que tenemos más empleados públicos que el Estado vaticano. Con esta comparación caprichosa, somos una potencia dormida, que no le saca el jugo a todos los recursos que podemos desarrollar sin encasillarnos en solo un puñado de actividades.
¿Qué capitán de la industria quiere recoger el guante todavía que somos la Republica Soberana de Malargue? Después, más adelante, cuando estemos adaptados a convivir con el Covid-19, se reabran las fronteras y nos acostumbremos al dulce nuevamente de sueldos altos de petroleros y mineros, cosa que me parece bien que el que labura y se esfuerza cobre en consecuencia, pero para el resto que está en la lona y contra la pared, es el momento justo para terminar de pensar y desarrollar nuevas actividades que sobrevivan a la crisis y se adapten a las nuevas formas de vida, trabajo y convivencia que llegarán.
¿Está el Estado provincial o departamental con ganas de apoyar iniciativas privadas con inversión genuina para el desarrollo de ciertas actividades listas para empezar a funcionar? Qué pasaría si algún inversor se acerca. Si un inversor viene, no creo que nos tire la manga. Seguramente pedirá ayuda o condiciones para abrir su billetera en la región.
El futurismo racional se desintegro solo
En algún momento y varios años atrás, se lanzó el Plan Estratégico Malargüe 2020. ¿Qué pasó con los Nostradamus de principio de los 2000? ¿Qué se hizo de lo pensado y proyectado, fracasó el plan o solo se cumplieron unos pocos objetivos? Y si hacemos un PEM 2030 o uno 2025, para acá cerquita, tangible y efectivo, que sea como una certificación de objetivos a corto plazo dentro de un proyecto mucho más amplio. El tiempo pasa volando, de golpe estaremos viendo jugar el mundial de futbol 2030, los estadistas y timoneles del mundo ya tienen desde hoy, pandemia mediante, armada la agenda para esa fecha. ¿Cómo estará la pantalla del simcity malargüino para entonces? Espero que esa pantalla no crezca en modo aleatorio. Para no llegar a eso, tenemos recursos, tal vez sea difícil enviar un cohete a la estratosfera como propuso Carlos I de Anillaco, pero tenemos la antena DS3 que sí ayudó a guiar una sonda en los confines del universo. Lo de la DS3 se dirigió en Malargüe con tecnología del primer mundo. ¿Cómo podemos hacer para traer más inversiones así? Cuando vinieron, se les prometió una ruta asfaltada y solo les dieron un camino rural lleno de serruchos y baches que ni el Dakar se anima a transitar.
Cuando convenzamos a un inversor tenemos que cumplirle, es la única manera que ese inversor traiga amigos a Malargüe.
En su momento vino el Pierre Auger, sabemos todo lo que hizo esta gente para beneficio de los ciudadanos malargüinos ¡Qué bueno sería que vengan más Pierre Auger a estas tierras! ¿Qué Malargüe le vamos a dejar a las próximas generaciones?
No traigan alfajores, traigan cigarrillos
También en esta semana tuvimos una visita ilustre, vino el Ministro de infraestructura de la provincia a monitorear el proyecto de la represa Portezuelo del viento y nos dormimos. No fuimos capaces de pedirle que traiga cigarrillos en su gira, la abstinencia de tabaco está alterando a los fumadores que hasta ofrecen una parrillada completa por un atado de cualquier marca. Por la salud mental de los no fumadores que no se fuman más a los que están en abstinencia, esperemos que se reestablezca pronto el abastecimiento de puchos y sigamos nuestra vida cotidiana barriendo las colillas que van a seguir tirando al suelo con una breve pisadita con la punta del calzado como era antes del parate cuarentenario sin hacerse cargo.
Chapeau (sombrero) para los ediles
Para terminar, un agradecimiento a los concejales que se pusieron de acuerdo para sesionar de forma virtual, aprovechando el oportunismo. La oficina de Roca 0 se adjudica el éxito de esta medida. Si, ya sé, nos van a tirar hasta con los envases de cigarrillos vacíos hechos un bollito, pero nuestra falsa modestia nos hace triunfadores en este tema. Necesitamos material fresco todas las semanas y el Concejo es una usina para nosotros.