En el marco de la elaboración de la manifestación general de impacto ambiental del proyecto El Azufre, se realizó un taller con actores sociales que dirigieron profesionales de la Fundación Universidad Nacional de Cuyo.
El encuentro tuvo como objetivo conocer la visión y valoración de la comunidad sobre el proyecto y sus posibles impactos. La instancia sirvió para conocer el proyecto, escuchar la opinión y propuesta de los participantes.
El Ing. Eduardo Moreno, Coordinador del equipo de la Fundación, expresó “este taller forma parte del estudio que tenemos que hacer para proceder a elaborar la manifestación general de impacto ambiental. Se relevan los posibles impactos, positivos y negativos, que tiene el proyecto El Azufre sobre el territorio”.
El mismo taller que ayer se realizó en el Centro de convenciones y exposiciones Thesaurus hoy, jueves 15 de septiembre, se realizará, desde las 16:00, en la localidad de Las loicas, más precisamente en la escuela primaria del lugar.
Respecto de planteos judiciales y administrativos formulados en razón de la adjudicación de la tierra por parte del gobierno de Mendoza al grupo inversor, Moreno indicó “lo importante es que existan estos tipos de cuestionamientos y planteos. Las denuncias o presentaciones que se realizaron en ámbitos administrativos o judiciales a nosotros no nos corresponde determinar si están bien hechas o no, eso se determinará por donde corresponde, pero es una información que tenemos en cuenta, como así también los aspectos positivos que surjan de los talleres”.


La información recabada en los dos talleres luego será procesada por parte de la Fundación, mientras que a los asistentes se les hará llegar una encuesta que formará parte del estudio que se presente.
“Todo forma parte de un proceso, donde el último eslabón es la manifestación de impacto ambiental. Nosotros participamos en estos primeros pasos y vamos a elaborar un documento bastante amplio que contemplará todos los aspectos del impacto sobre el medio físico, correspondientes al agua, suelo, volcanes, glaciares, el medio biológico, paleontología, arqueología, como así también los impactos sociales y económicos. Luego todo esto se procesa y se presenta en la Secretaría de ambiente, que lo hace dictaminar por otra universidad y después por los organismos que generan dictámenes sectoriales. Lo se genera es un gran volumen de información, muy rico en sus aportes. Además, se generan mecanismos de consultas a los pueblos originarios. Todo ello luego se presenta en la audiencia pública que ya se realiza en casi la última etapa, para que luego el gobierno emita o no la Declaración de impacto ambiental” puntualizó el profesional.
Sobre el final comentó “me quedo muy conforme con todos los aportes, algunos antagónicos, de todos los participantes porque se generaron una serie de inquietudes muy interesantes, como por ejemplo las propuestas de capacitación a los jóvenes de Malargüe para las actividades que se podrían llevar a cabo si el proyecto prospera”.

Voces de algunos protagonistas
Diario digital Ser y Hacer de Malargüe solicitó opiniones a algunos de los participantes, entre ellos Horacio Marinaro, de la Asociación pesca con mosca, quien dijo “todo lo que sea participación ciudadana es buena. El proyecto es una fuente de trabajo que se avizora, creo que le puede hacer bien a Malargüe, habrá que tener todos los medios en orden para controlar. Esto no sucede hoy en el tema de la pesca, los controles son un desastre, nadie audita nada, hacemos reglamentaciones y nadie las respeta después”.
Seguidamente añadió “estos emprendimientos son válidos para la economía, apuntan a un bien general para el departamento. Esto beneficia al puestero que está en los alrededores, a gente que necesita de un trabajo digno, diversifica las actividades económicas. Lo que debemos exigir, como en todos los otros ámbitos, son controles por parte de los organismos que correspondan”.


Juan Ulloa, amante de la montaña y referente del turismo en la zona, dijo “este taller sirvió para aclararnos un montón de cosas, fue bueno también para escuchar las inquietudes del pueblo de Malargüe, realmente fue un buen taller, muy clarificante”.
“Como poblador me quedo tranquilo porque veo que las cosas se están haciendo bien desde un principio. Nosotros, que deambulamos en la montaña, creemos en la necesidad de que haya organización, que quienes lleguen a invertir tengan una linda relación con la gente de campo y en este caso veo que eso se está haciendo así” finalizó Ulloa.

Martín Policante, uno de los dos puesteros que ocupan los campos donde está proyectado El Azufre, indicó “creo que este taller ha sido pensado de buena fe para que la gente tenga más información. Hay algunos que dicen que los puesteros vamos hacer perjudicados, pero yo siempre repito ese dicho que dice `el primer paso de la ignorancia es presumir algo que creen que saben`. La gente que plantea los perjuicios está totalmente equivocada porque esto no nos perjudica en nada a los únicos dos puesteros que estamos en la zona, que somos Cabús y Policante. Habrá quien quiera sacar alguna tajada de algo que no le pertenece”.
“Nosotros que ocupamos la zona del proyecto estamos en total acuerdo, esperemos que las cosas se vayan dando sin tanta complejidad, de la mejor manera, para el bien de todos” indicó el puestero.
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