El tiempo corre y la aplicación de la Boleta Única de papel en Mendoza es una realidad cercana, por eso la Junta Electoral Provincial apresta una serie de estrategias para llegar de la mejor manera posible a las elecciones 2023 que incluirá varias capacitaciones.
Desde el retorno de la democracia en 1983, los escrutinios fueron relativamente parecidos en las sucesivas elecciones de Mendoza. Pero el 2023 marcará el debut de la boleta única de Papel, y eso implicará una serie de preparativos de los que ya se ocupa la Junta Electoral Provincial. Falta poco: los primeros comicios con el nuevo mecanismo podrían realizarse el próximo 30 de abril.
«Es un cambio sencillo, pero hay que estar preparado», insistió Jorge Albarracín, secretario de la Junta.
El funcionario adelantó que se está poniendo a punto una batería de capacitaciones para autoridades de mesa y apoderados de los partidos políticos y que se sumarán la presencia de mensajes en los medios y una serie de simulaciones online.
El objetivo es que cuando llegue el momento de votar con el nuevo sistema, la mayor cantidad de gente posible sepa hacerlo bien.
«Lo que pasa es que para comenzar esos entrenamientos necesitamos conocer de forma definitiva cuáles serán las candidaturas. De lo contrario, corremos el riesgo de que las personas se entrenen con boletas que no van a ser las que se encuentren luego en el centro de votación», advirtió Albarracín, exlegislador radical que se dedica a asuntos electorales desde 1995.
Una vez que se conozca la oferta de candidatos, la Junta elaborará un diseño de boleta y se lo presentará a los partidos en una audiencia, para que las fuerzas hagan sus comentarios. Recién ahí se contará con los ejemplares para «practicar».
La formación que se está preparando incluye no sólo el uso de la Boleta Única, sino la organización del espacio donde se va a votar -ya no habrá «cuarto oscuro»-, la ubicación de los biombos y otros detalles.
El recuento será más lento pero más certero
«En principio, el recuento será más lento, porque vos no podés agrupar boletas como antes sino que tenés que ir boleta por boleta viendo a quién se votó en cada caso. La norma dice que luego se le pone un sello al papel que ya se analizó y se pasa al siguiente. Teniendo en cuenta que el escrutinio no es sólo contar sino también llenar las actas y hacer una serie de trámites, calculamos que el proceso demandará entre tres y cuatro horas por mesa para las elecciones primarias», analizó Albarracín.
Las nuevas boletas contarán con algunos elementos de seguridad. Figurarán a un costado la sección, la escuela y la mesa a la que pertenecen, y eso -que hará más certero el recuento- implicará a la vez un nuevo desafío logístico.
«En el padrón de Mendoza tenemos unas 4.000 mesas, cada una incluye a 350 votantes. Ahora va a existir un cuerpo de boletas específico para cada una de esas mesas, con el número indicado claramente. Es decir que la distribución deberá ser lo suficientemente eficiente para que lleguen a cada punto de votación las boletas correspondientes y no otras», consideró el entrevistado.
La aplicación más temprana de la boleta única de papel podría ser en breve, porque algunos municipios están evaluando la posibilidad de desdoblar los comicios: tienen hasta el 30 de enero para decidirse, y está establecido que las comunas que opten por esa opción convocarán a elecciones PASO para el 30 de abril.
El tamaño de la Boleta Única de papel y el ahorro para el Estado
Mucho se habló del tamaño que tendrán las nuevas papeletas. En la Junta Electoral sostienen que si bien la legislación especifica unas proporciones mínimas (A4), no dice nada sobre un tamaño máximo.
«Y aquí nos volvemos a encontrar con lo mismo: hasta no conocer toda la oferta electoral, no se puede calcular el tamaño que podría tener la boleta. Uno puede imaginar una muy grande, pero la verdad es por lo que venimos conversando con las imprentas, también ellas tienen un límite en el tamaño», precisó Albarracín.
Sea como fuere, los especialistas calculan que la novedad traerá aparejada un importante ahorro al erario público. Y es que si antes se presentaban, por ejemplo, diez candidaturas a gobernador, el Estado les pagaba a cada una de esas ofertas electorales dinero para que imprimieran boletas por un número equivalente al total del padrón. O sea que si un partido presentaba un candidato al Ejecutivo, obtenía dinero para 1 millón 400 mil boletas, aunque después votaran a esa fuerza sólo 100 ciudadanos.
Eso hacía que algunos partidos que sabían que no iban a ser elegidos por la mayoría recibieran dinero, imprimieran una cantidad «razonable» de boletas y se guardaran el resto. Hecho en grandes cantidades, era un negocio millonario.
«Ahora, en cambio, la plata no se les dará a los partidos. Las boletas serán confeccionadas por la Junta y serán esas las que se usen el día de la votación. Estimamos que ese hecho, sumado a que desde 2019 se eliminaron las listas colectoras, implicará una optimización de los recursos. En 2015 hubo departamentos que tuvieron 45 o más listas en las PASO, como ocurrió en Guaymallén y Luján con los diferentes partidos y sectores internos. Frente a eso, aparecer ahora sin colectoras y además con una sola boleta es un cambio abrupto», sumó Albarracín.
Por último, el secretario de la Junta Electoral Provincial se mostró optimista. «Si se da una buena capacitación, la boleta única es sencilla. Vas a tener toda la oferta electoral en un mismo lugar y lo único que vas a tener que hacer es marcar en cada categoría la opción que elegiste. Lo que yo resaltaría como detalle a tener en cuenta es que hay que marcar una única opción por categoría. Si se marcan dos o más opciones, el voto en esa categoría quedará anulado».
Fuente: Diario Uno.
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