Hoy, 5 de junio, es el día mundial del ambiente que pone en valor el ecoturismo, de allí que se destaque a la reserva provincial La Payunia, postulada como Patrimonio de la Humanidad, con un promedio de 10,6 volcanes cada 100 km². Esta nota es una invitación a conocer destinos de gran belleza que preservan los recursos del planeta.
Con más de 800 volcanes, la Payunia constituye uno de los parques volcánicos de mayor densidad y diversidad del planeta. Gran parte de la reserva integra un sitio propuesto como candidato a Patrimonio Mundial Natural ante la Unesco.
La Payunia posee extensos escenarios cubiertos de coloridos materiales volcánicos, que conforman un santuario natural, con gran diversidad de fauna y flora. El visitante puede apreciar tropillas de guanacos, una de las mayores poblaciones del Centro-Oeste argentino.
El ingreso es gratuito para personas con discapacidad, jubilados y excombatientes de Malvinas.
Comprende un amplio territorio de planicies y laderas, totalmente cubiertas de materiales negros y rojizos, que son la expresión de variadas manifestaciones volcánicas. La configuración del paisaje incluye alrededor de 800 conos volcánicos de retroarco, con extensos campos de roca fundida –lava– y materiales fragmentados –cenizas, lapillis y bombas–, que deslumbran al visitante y ponen de relieve el poder, la dinámica y variabilidad de la geología terrestre.
La actividad volcánica que dio forma al paisaje actual se produjo a finales del período terciario –considerado un tiempo geológico reciente– y continuó, aunque alternadamente, hasta épocas prehistóricas. Es uno de los sitios de mayor densidad volcánica del mundo, con un promedio de 10,6 volcanes cada 100 km². Su diversidad biológica la convierte en una de las regiones representantes de la estepa patagónica y además posee yacimientos arqueológicos que suman atractivo, tanto de interés turístico como científico y educativo.
Se encuentra en Malargüe, más precisamente en los distritos Río Grande, Agua Escondida y Río Barrancas, a 90 km de la ciudad de Malargüe y cerca de 570 km de la Ciudad de Mendoza.
Pertenece a la Ecorregión Patagónica, cuenta con una altitud de entre 1.700 y 3.780 m s.n.m., en el volcán Payún Matrú, el de mayor altitud. Hasta abril su superficie era de 665.682 ha, cuando se sumaron 20 mil hectáreas más, a partir de un convenio del Ministerio de Energía y Ambiente con WCS Argentina, Greater Good Charities y GreaterGood.com.
Payún Matrú y campo de bombas
Los volcanes que se encuentran en la reserva son los principales responsables del color y las formas de este imponente paisaje. El Payún Matrú, de 3.750 m s.n.m., es el más importante de la región. Presenta una caldera volcánica de 9 km de diámetro, producto de una fuerte explosión y su posterior colapso y es precisamente este hundimiento el que dio lugar a una laguna semipermanente, alimentada por precipitaciones níveas. También es poseedor de recursos hídricos.
El otro volcán destacado es el Payún Liso, de 3.780 m s.n.m., que alberga en su cráter un planchón de hielo en invierno y una lagunita en primavera.
El Santa María –mucho más pequeño que los anteriores– se destaca por haber emitido una de las mayores coladas del área, que alcanza 17 km de longitud. Las coladas –mantos de lava fluida lanzada durante las erupciones– que se extienden a lo largo de varios kilómetros dan a la superficie un extraño aspecto. El área denominada Pampas Negras, al sudoeste del volcán Santa María, se caracteriza por la presencia de cráteres. Recubre toda la superficie del lugar un inmenso manto de material eyectado por el volcán –lava fragmentada o material piroclástico–, de pequeño tamaño y color muy oscuro, denominado lapillis.
El Campo de bombas es una zona colmada de formaciones circulares de material piroclástico denominadas “bombas volcánicas”. O sea, burbujas de roca fundida eyectadas por el volcán que, al enfriarse, adquieren mayormente forma de bola o gota.
Flora
La Payunia presenta algunas especies que son más abundantes, como el solupe negro, la leña amarilla, tres especies de jarilla, la pichanilla y la melosa, que conforman una gran parte de la población arbustiva. Los pastizales están representados por el tupe y la flechilla e, intercaladamente entre estos, aparecen manchones de junquillo. También numerosas cactáceas habitan este ambiente árido. Antiguamente, los pobladores del lugar utilizaban la raíz de la leña amarilla para encender fogatas y plantas como la pichana de flores amarillas, para preparar tinturas, entre otros muchos usos comestibles y medicinales de la flora nativa.
Fauna
El ambiente desértico rebosa de vida que se adapta a un riguroso clima y supera los obstáculos que este impone. Un representativo protagonista de estas adaptaciones es el guanaco, cuya población ronda los 14.000 ejemplares, una de las más grandes de Argentina. Este gran herbívoro es capaz de sobrevivir prolongado tiempo sin consumir agua, característica que le permite recorrer grandes extensiones de terreno. Las tropillas se desplazan al mando del “relincho” –el macho más fuerte y experimentado–, quien las guía a zonas de mayor forraje y conoce caminos alternativos de escape en caso de una tormenta repentina o la aparición del puma, que, luego del hombre, es su principal depredador.
Otros mamíferos, como el zorro gris, el zorro colorado, el gato del pajonal, la liebre mara y el piche patagónico, se alimentan, reproducen, refugian y renuevan constantemente su ciclo de la vida en esta área natural protegida. También habitan la región aves como el chorlo cabezón, la monjita castaña, el yal carbonero y la calandria mora. Junto a estas últimas puede mencionarse un ave que no vuela ni canta, pero asombra por su gran tamaño, el ñandú o, como se denomina localmente, el choique. El sol abrasador ilumina el oscuro paisaje y es aprovechado por innumerables reptiles y que necesitan de él para calentarse. Entre ellos se encuentran el matuasto de las flechas, el geko austral y varios endemismos –especies exclusivas de una o unas pocas regiones–, como el lagarto cola de piche y la lagartija escorial o de la Payunia.
Circuito turístico los volcanes: obligatorio ingresar con guía
El recorrido consta de seis paradas en donde pasarán por Pampas Negras. Es necesario el ingreso con guía habilitado para realizar el recorrido completo, de lo contrario solo podrá realizar recorrido parcial sobre la RP. 183.
Aquí tendrán acceso a los baños públicos, pueden utilizarse antes de comenzar el recorrido y también cuando finaliza. Durante el trayecto no hay baños. Se encuentra habilitado el circuito de Los Volcanes para todo de vehículos.
Para su visita, los turistas podrán consultar por el servicio de guía turístico habilitado en Dirección de Turismo Malargüe al teléfono 260 4471659 o al WhatsApp 260 4801708. Más información y turnos, aquí
- Recorrer junto a la familia y amigos, disfrutar del aire más puro, descubrir las bellezas de nuestra geografía es una de las propuestas. Son 19 las áreas naturales protegidas (ANP) de Mendoza y 7 están en los departamentos San Rafael y Malargüe.
- Todas las áreas naturales preservan un recurso natural específico que merece ser cuidado y, precisamente, los educadores sostienen que para cuidar hay que conocer.
- El Gobierno de Mendoza presentó, a finales de 2023 el documento Evaluación Preliminar a la Comisión Nacional Argentina ante Unesco y se envió el documento final traducido, para que, tras su elevación por parte del organismo internacional, la Payunia sea declarada Patrimonio de la Humanidad.
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