Por iniciativa de los diputados por el Cuarto Distrito electoral Hebe Casado y Gustavo Cairo (Bloque PRO-interbloque Cambia Mendoza) la Cámara de Diputados de Mendoza declaró de su interés, mediante una Resolución, la construcción de la obra Represa Hidroeléctrica Portezuelo del Viento “en el menor plazo posible”.
La pieza aprobada tiene una importante repercusión política cuando algunos sectores del peronismo mendocino y de otras provincias en los últimos días han puesto reparos a la construcción de la presa.
Concretamente, en una entrevista con diario Los Andes la senadora kirchnerista Andrea Blandini había dicho: «Nadie sabe qué es Portezuelo del Viento, si es un paredón… Mendoza dice que la beneficia y las provincias involucradas dicen que las dejan sin agua. Si preguntás a la gente, dicen ‘ni'».
Blandini también aseguró que en Mendoza «nadie conoce el proyecto. No hay un proyecto. Es una obra que nunca hemos discutido en términos de impacto ambiental, o si la gente está de acuerdo».
En la fundamentación de la Resolución aprobada hoy, los diputados mendocinos dijeron que “la presa proyectada es la mayor obra de ingeniería civil de la historia de Mendoza, y su construcción es la culminación de un sueño que nació hace más de medio siglo. Planteada para cumplir con múltiples propósitos, permitirá proteger la cuenca media y superior del Río Colorado de crecidas intempestivas, y aumentar la garantía de riego para agricultura y ganadería en el sur de Mendoza.
Además de la presa, la construcción incluye una central hidroeléctrica asociada, equipada con 3 turbinas Francis de 30 MW cada una, alimentado por un túnel de 700 m de largo y 6 m de diámetro, y una tubería forzada de 40 m de largo.
La central tendrá una potencia instalada de 210 MW, que generará a lo largo de un año una energía media de 889 GWh, suficiente para abastecer aproximadamente a 130.000 hogares.
El dique tendrá un vertedero curvo, diseñado para una crecida prevista cada diez mil años, de 1600 m³/s. En total, se utilizarían casi diez millones de metros cúbicos de materiales sueltos y hormigón.
Por último, el proyecto requiere la construcción de una línea de alta tensión hasta la ciudad de Malargüe, de unos 75 km de longitud, hasta conectar al sistema nacional de electricidad.
Para complementar las obras, el Estado reubicará a unas 200 familias que viven en Las Loicas, una pequeña localidad sobre la ruta 145. El nuevo pueblo se ubicará en la costa sur del lago, en una región con altísimo potencial turístico que además contará con nuevas rutas.
El proyecto prevé una obra conexa, que permitirá el trasvase de parte del caudal del Río Grande al curso medio del Atuel, lo que favorecerá a la provincia de La Pampa y aumentará el caudal turbinado por el complejo hidroeléctrico El Nihuil, en San Rafael.
En Noviembre de 2018 se conoció el estudio resultado del trabajo de las universidades del Litoral (especialista en temas de agua) y de La Plata donde dan cuenta de que el proyecto Portezuelo del Viento mejora las condiciones de la cuenca del Río Colorado y concluye que es absolutamente factible desde el punto de vista ambiental.
Al análisis encarado por ambas universidades se suman los resultados de los estudios geológicos que se finalizaron en agosto de 2018, con resultados ampliamente satisfactorios, ya que aportaron información complementaria respecto a la profundidad del lecho de roca, eliminando riesgos asociados a la construcción. Además, permitieron conocer con mayor certeza la cota de fundación de la presa y, por lo tanto, optimizar los costos de la obra.
Explayados los argumentos sobre la necesidad imperante de la provincia de Mendoza en realizar esta obra, como todas aquellas decisiones que involucran a la sociedad entera, es responsabilidad del sistema político y gubernamental dar curso a la viabilidad y continuidad del proyecto.
Es profundamente necesario que independientemente del origen ideológico, y la posición partidaria-política que se pueda adoptar en cualquier conflicto de poder, se alineen las posturas en favor del desarrollo productivo y sostenible de la provincia. Los impactos positivos de la obra están a la vista:
1. Generación de energía renovable, en consonancia con la necesidad de revertir los efectos del cambio climático. Incluyendo de esta manera la obra en el objetivo número 13 de la Agenda por el Desarrollo Sostenible sancionada por la Organización de las Naciones Unidas para 2030.
2. Medida de adaptación con respecto a la escasez del recurso hídrico: en relación al punto anterior, se multiplica sustancialmente el aprovechamiento del agua, en un polémico y difundido contexto de emergencia hídrica.
3. Facilitación de la administración del recurso hídrico, reduciendo la dependencia del ciclo estacional para abastecer a las poblaciones aledañas.
4. Producción energética, generando la cantidad necesaria para abastecer a 130.000 usuarios.
5. Generación de empleo para mendocinos y mendocinas, en contextos de una dura realidad macroeconómica nacional, de aproximadamente 3.500 puestos de trabajo directos, y calculando 8.500 indirectos, impulsando así un aumento de la demanda agregada que contribuya a desarrollar y aumentar la cadena de valor en varios rubros económicos de la provincia.
6. Protección de la cuenca media y superior del Río Colorado de crecidas intempestivas.
7. Aumento considerable de la garantía de riego para agricultura y ganadería en el sur de Mendoza”