Nadie podrá discutir que las obras de Portezuelo del viento deberían haberse comenzando a construir hace un año, si Mauricio Macri hubiera ganado la elección. “Todos los patitos” estaban alineados para que eso hubiera sucedido, pero los malarguinos votaron mayoritariamente a Alberto Fernández, como el resto de los argentinos, pensando en su bolsillo a corto plazo, y hoy estamos donde estamos con este tema, la inflación, el dólar, el riesgo país, la inseguridad y toda la realidad por ese acto. Fernández nada solucionó y todo complicó, Portezuelo va en ese combo.
Macri junto a Alfredo Cornejo habían resuelto un intríngulis de más de 70 años, habían demostrado ser estadistas porque no solo dijeron qué hacer sino cómo hacerlo y por eso hoy la nación le transfiere a la provincia los dólares acordados por el entonces gobernador y presidente Pro.
Se comenzaron con capacitaciones, plenamente justificadas en el contexto en las que se realizaban, pues el izamiento de la presa hidroenergética y demás obras complementarias así lo ameritaban.
Los malargüinos con su voto, en un proceso democrático impecable, optaron por Fernández, quien en “un abrir y cerrar de ojos” echó por tierra una política de Estado que naciera de la mano de Kirchner y Cobos, cuando él mismo era jefe de gabinete de la nación. El presidente Fernández resucitó el conflicto eternamente planteado por La Pampa y obligó a un nuevo laudo presidencial que no resolvió en tiempo y forma, por lo cual el gobierno mendocino planteó el rápido despacho que vence este viernes 21 de enero.
Que no quepan dudas de que quien debe decirle sí o no a Portezuelo es el Presidente Fernández, por que fue él quien decidió reabrir un tema que estaba terminado. Si resuelve a favor de Mendoza en poco tiempo la obra comenzará, porque está todo encaminado para que sea así. Si falla avalando el planteo pampeano Portezuelo no se hará, porque su dilación mediante estudios ya formulados solo haría perder tiempo y recursos económicos. Si no emite opinión antes del próximo viernes, y sigue dilatando el tema, tampoco se podrá adjudicar la licitación.
Mientras esto sucede, y manejando aparentemente información no confiada a todos los mendocinos, el Gobernador Suárez, en lugar de pedir un manifiesto apoyo del pueblo de Mendoza para con la obra hídrica más estudiada y anhelada por los mendocinos bien nacidos, salió en los últimos días de diciembre a decir que estaría dispuesto a realizar otras obras en la provincia si el fallo presidencial es adverso a Portezuelo. Grosero error de comunicación y político.
Con esas declaraciones el gobernador encendió la luz roja que Portezuelo irá para atrás y porque al plantear la distribución de los más de mil millones de dólares en el resto de la provincia enardeció los ánimos de todos los que habitamos Malargüe y sumó a la batalla por la distribución de los dólares a los 17 intendentes del resto de la provincia. Si Suárez hubiera planteado esa posibilidad después de la definición del Presidente, en caso de ser contraria al aprovechamiento del único río no regulado de la provincia, otro hubiera sido el cantar.
No sorprende, entonces, que dirigentes radicales y el intendente de San Rafael, Emir Félix, estén ya uniendo voluntades para realizar El baqueano ¡Otro dique más en San Rafael! Mientras, en Malargüe no contamos con ningún reservorio de agua en condiciones de administrar este recurso escaso, dado que el dique Blas Brisoli es solo derivador del líquido elemento.
Ante ello, el intendente Ojeda y el PRO Malargüe fueron los primeros en salir a poner los puntos sobres las íes, cuando afirmaron que es el Presidente Alberto Fernández quién debe respetar los acuerdos suscriptos y dando por cerrado el tema. Portezuelo no solo regula el río Grande, además proporcionará más energía eléctrica, esa que esta semana les ha sido tan escasa a tantos argentinos que han padecido su falta de generación.
La dirigencia de la Cámara de comercio y quienes estuvieron en la toma de decisiones de la convocatoria de hace unos días, ante la falta de tacto del Gobernador, le ha pedido, respaldada por la firma de más de 2.500 malargüinos, que venga a escucharnos, que Portezuelo debe hacerse por todos los beneficios que trae, en un momento tan especial de nuestro país.
En el medio, aparecieron los opinólogos de las redes que no se las juegan en dar la cara cuando se hacen las convocatorias pero que echan leña al fuego solo para criticar los que intentan hacer otros, los que dan las discusiones donde se deben dar y ante quien se deben plantear.
El hoy nos debe encontrar a todos asumiendo las responsabilidades que nos toquen, asumiendo las responsabilidades del voto, planteando soluciones, buscando los mejores acuerdos. Lo hecho en estos días, tal vez con proclamas un tanto exageradas, ha servido para llamar la atención del resto de los mendocinos, los malargüinos estamos dispuestos a jugar fuerte por Portezuelo y su destino.
Los pasos que se den, de aquí en más, deben estar muy bien liderados para encausar los reclamos de la comunidad, propiciando un diálogo que contribuya a la unidad de los malargüinos. La humildad, el aprender a escuchar, la responsabilidad en lo que se dice y hace, la prudencia en algunos casos, el actuar enérgico en otros, deberán ser traducidos en valores éticos y morales que nos distingan para encontrar soluciones armónicas y definitivas de nuestras necesidades y anhelos como pueblo. Todos los malargüinos del ahora debemos estar a la altura de las circunstancias para que el resto de los habitantes de Mendoza y el país, de una buena vez, actúen con empatía y no nos dejen librados al azar. El pelarnos entre nosotros, como dice el Martín Fierro, solo hará que nos devoren los de afuera, como tantas veces nos ha pasado.
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