Hace más de tres años que venimos pidiendo ayuda para todas estas personas que la están pasando mal, sobre todo los jóvenes, por problemas de salud mental. Y, como siempre, el Estado sigue ausente.
Pasando por diferentes gestiones políticas, hemos pedido que nos ayuden, pero nadie escucha, porque a nadie le interesa lo que pasa en nuestra sociedad.
Hace más de tres años que rogamos por un lugar para nuestros jóvenes víctimas de adicciones, donde haya profesionales que puedan abordar su situación. Pero no tenemos ninguna respuesta. La única opción es, si ellos quieren, ingresarlos en algún lugar lejos de sus afectos, donde lo único que hacen es aislarlos. Ellos no necesitan eso.

Ellos necesitan contención, un lugar que les brinde una salida, un espacio donde puedan pasar sus horas de ocio y soledad haciendo algo que los mantenga ocupados. Necesitan profesionales que les den herramientas para salir adelante.
Necesitan que los hagamos sentir útiles para la sociedad, no que sean tratados como escoria de ella. Yo me pregunto cada día: ¿a quién carajos le importa? Obviamente, al Estado, que es quien nos tiene que cuidar, no le importa.

Me pregunto: ¿qué más tiene que pasar para que miren a su alrededor y vean cuáles son las necesidades de las personas que los pusieron en sus cargos? Durante el gobierno del señor Ojeda les ofrecieron la sede del barrio municipal para hacer deportes. ¿Ustedes creen que nuestros jóvenes, sumergidos en las drogas y el alcohol, están en condiciones de hacer deportes?
Hace más de un año que espero el llamado de la diputada Cogo para hablar de esto, pero están muy ocupados y no tienen tiempo. Yo creo que es hora de que le devuelvan a la sociedad un poco de lo que les damos, porque si están donde están es por nosotros, incluidos nuestros jóvenes. Basta de hacer la vista gorda.

Somos muchas las familias que sufrimos por esto. Ayer fue el Día de la Lucha Mundial contra la Depresión. ¿No les parece un buen momento para empezar a solucionar estos problemas? Espero que el Estado pueda contar con tiempo y recursos para hacer algo por todas las personas que sufren esta enfermedad, porque esto es una enfermedad, y como todas las otras, necesita ser abordada en sociedad.
Seguramente hoy, cuando lean esto, empezarán a llamarme. Pero lo más triste es que mañana ya se habrán olvidado de todo. ¿Qué debemos esperar, que esta enfermedad siga cobrando vidas?
Por Miriam Sáez, DNI 23.XXX.787
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