Durante los últimos tres días, el Diario Digital Ser y Hacer de Malargüe guardó silencio, en señal de respeto y profundo dolor por la partida de quien fuera su director y alma, Eduardo Araujo.

Queremos comenzar estas líneas agradeciendo sinceramente a nuestros lectores, auspiciantes, colegas y a toda la comunidad que, con mensajes, llamadas y gestos de cariño, nos han acompañado en este momento tan difícil. Cada palabra, cada abrazo y cada muestra de afecto nos ha recordado el impacto que Eduardo tuvo en la vida de tantas personas.

Eduardo no solo fue un periodista y director. Fue un constructor de confianza, un defensor de la verdad y un enamorado de Malargüe.
Junto con su familia, levantó este medio de comunicación con esfuerzo, dedicación y una premisa clara: ser fiel a la verdad antes que a la primicia. Esa fue siempre su brújula, y así lo hubiese querido hasta el último día.

Hoy, más que nunca, sentimos el compromiso de honrar su legado. Nos proponemos continuar informando con la misma responsabilidad y respeto que él nos enseñó, manteniendo viva su forma de entender el periodismo: cercana a la gente, comprometida con la comunidad y con la mirada puesta en el desarrollo de Malargüe.
Seguiremos difundiendo las noticias que hacen a la vida de nuestra ciudad y su gente, con el mismo espíritu que Eduardo imprimió a este diario durante 17 años.

A partir de este momento, la dirección periodística de Ser y Hacer estará a cargo de Verónica Bunsters, profesora de Lengua y Comunicación, esposa de Eduardo, quien lo acompañó en cada paso de este proyecto desde sus inicios. Ella asume esta responsabilidad con la certeza de que el mejor homenaje que podemos rendirle es preservar el diario que juntos construyeron, y mantener vivo su compromiso con la verdad, la calidad informativa y el amor por esta tierra.

A todos los que han caminado junto a nosotros en estos días de duelo, nuestro más profundo agradecimiento. El legado de Eduardo es también el de ustedes: un diario al servicio de la comunidad, fiel a sus principios y a su gente.

Eduardo Araujo dejó una huella imborrable. Nosotros haremos lo posible para que esa huella siga marcando el rumbo de Ser y Hacer.

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