
La Fundación Ser y Hacer, embajada de Paz, acompañó la designación de 8 jóvenes malargüinos como Abanderados de la Paz en un acto virtual organizado por Mil Milenios de Paz. La ceremonia se realizó el viernes 5 de diciembre

La Fundación Ser y Hacer acompañó la designación de un grupo de jóvenes malargüinos como Abanderados de la Paz en un acto virtual encabezado por la Fundación Mil Milenios de Paz. La ceremonia, presidida por Inés Palomeque, Presidente de Mil Milenios de Paz y Guido Iacobacci, Director de Jóvenes de Mil Milenios de Paz, se realizó este viernes 5 de diciembre y contó también con la presencia de Verónica Bunsters, Embajadora de Paz, quien acompañó el proceso formativo que permitió a los jóvenes acceder a esta distinción.
Los reconocidos fueron Maitena Muñoz (17) , Camila Herrera (18), Ángeles Méndez (17), Agostina Medialdea (16), Miqueas Barro (15), Arístides Pilato (16) y Florencia Rojas (16). Se sumó además Bautista Araujo, de 8 años, que participó con constancia y profundidad en las reuniones semanales de los viernes.
El Proyecto Abanderados de la Paz es una iniciativa de Jóvenes de Mil Milenios de Paz que reconoce a jóvenes con el título de Abanderados de la Paz, haciéndolos representantes de la Bandera Internacional de la Paz. El objetivo es que promuevan ideas, valores y acciones pacíficas en sus comunidades y en distintos ámbitos del mundo.

Los Abanderados de la Paz son jóvenes que desean ver un mundo mejor y realizan acciones concretas para lograrlo. Tienen vocación de servicio, aplican los valores de la paz en la vida cotidiana y se convierten en nexo entre la organización y sus comunidades. La única premisa para ser postulados es querer vivir la paz y contar con valores humanos firmes, sin exigir condiciones especiales.
Las tareas de un Abanderado de la Paz incluyen compartir en sus redes y entornos cercanos que asumieron este rol, promover valores de paz, amor y unidad, y ser puente entre su comunidad y Mil Milenios de Paz, informando celebraciones vinculadas con la paz, colaborando en la resolución pacífica de conflictos, fomentando la convivencia respetuosa y acompañando iniciativas ambientales.

Otra responsabilidad central es celebrar o difundir tres fechas clave para el movimiento pacifista: el Día Universal de la Cultura, el Día Internacional de la Paz y el Día Internacional de la No Violencia. En torno a estas efemérides se proponen actividades, mensajes y gestos simbólicos que buscan instalar la paz como valor cotidiano en distintos ámbitos.
Quienes reciben el título de Abanderados de la Paz trabajaron sobre tres pilares: pensamientos positivos, acciones constructivas y palabras armoniosas, con actividades que incluyeron materiales audiovisuales, lecturas y propuestas para aplicar la paz en la vida diaria.

En Malargüe, los encuentros preparatorios coordinados por la Fundación Ser y Hacer se realizaron cada viernes por la tarde. Los jóvenes reflexionaron sobre cómo ser agentes de paz en la familia, la escuela, los grupos de amigos y los entornos digitales, y revisaron las tareas que asumen a partir de esta distinción. El acompañamiento de Verónica Bunsters permitió vincular la experiencia local con la red nacional e internacional de Mil Milenios de Paz y de Jóvenes de Mil Milenios de Paz.
Con esta designación, Malargüe suma nuevos referentes juveniles comprometidos con la Cultura de Paz, que se integran a una red que trasciende fronteras y propone transformar los vínculos cotidianos desde el respeto, la empatía y la responsabilidad. Para la Fundación Ser y Hacer, el reconocimiento otorgado a Maitena Muñoz, Camila Herrera, Ángeles Méndez, Agostina Medialdea, Miqueas Barro, Arístides Pilato, Florencia Rojas y Bautista Araujo es un impulso para continuar fortaleciendo propuestas educativas que prioricen la paz como camino de construcción comunitaria.










.








