La realización de la presa Portezuelo del viento sigue dilatándose porque, una vez más, los actores de la política nacional y provincial no estuvieron a la altura de las circunstancias. El supuesto tecnicismo que se buscó en la más alta esfera del poder de nuestro país demostró, por lo menos, una falta de diálogo, elemental que en cualquier país que se precie de democrático y respetuoso de la vida de sus instituciones.
Si verdaderamente hubiera habido interés por la obra, un simple llamado de teléfono de algún funcionario nacional o de los estrechos colaboradores en distintos ámbitos de la vida institucional que tiene en la provincia al gobernador o a alguno de los ministros provinciales, hubiera alcanzado para dar la respuesta que Eduardo “Wado” De Pedro dio a conocer el jueves en horas de la noche.
Los capítulos de esta historia se vienen desarrollando con finales dramáticos, donde parece que nadie advierte que lo importante es regular el río más caudaloso que tiene una provincia argentina, en medio de una crisis hídrica angustiante, y la necesidad de generar energía eléctrica no contaminante, en un país que la está necesitando a gritos. Solo basta mirar cualquier noticiero en estos días de abundante calor para ver lo que están padeciendo millones de argentinos que ven a cada rato cortado un servicio que es esencial. Los malargüinos lo sufrimos también en carne propia, al depender de una sola línea, la Nihuil-Malargüe, para contar con electricidad, cuando Portezuelo, con el proyecto en proceso de licitación, nos permitiría sumarnos al sistema interconectado nacional, con todos los beneficios que ello traería al darnos más posibilidades, incluso de radicación de industrias y posibilidades de desarrollo económico.
Desde que asumió el Presidente Alberto Fernández le ha venido poniendo “palos en la rueda” a Portezuelo. Ejemplos sobran, pero valgan los siguientes cuatro para dar validez a lo que afirmamos. Ya en medio de la campaña electoral por la gobernación en 2019, y cuando el proceso licitatorio de Portezuelo estaba abierto, el ex gobernador Rodolfo Gabrielli e integrante en esos momentos de los equipos técnicos de Anabel Fernández Sagasti indicó que el proyecto era “una aberración” y la actual senadora, y por entonces candidata a gobernadora, se manifestó por un “Portezuelo más chico». Ya en funciones el actual mandatario nacional, designó presidente del Comité Ejecutivo del COIRCO a Javier Schlegel, quien hasta ese momento era representante de provincia de La Pampa en el organismo y no solo había actuado en contra de la obra de Portezuelo del Viento sino que también había tenido declaraciones muy duras. El Presidente Mauricio Macri, en enero de 2018, falló a favor de la construcción de la futura presa que se alzará sobre el río Grande. En junio de 2020, en una visita a La Pampa, el presidente Alberto Fernández expresó que no estaba dispuesto a financiar una obra que está cuestionada por cuatro provincias. Esas declaraciones se efectuaron tras el desarchivo del laudo presidencial de Macri y la convocatoria a una reunión de gobernadores para finales de ese mismo mes. Finalmente, la infantil respuesta del Ministro del interior que conocimos en las últimas horas.
A esta altura de las circunstancias es notorio que desde Mendoza no hay canales de diálogo con nación y ello no es bueno. Se deberían arbitrar todos los medios para conseguirlos, tal vez haciendo una convocatoria pública por parte del gobernador Rodolfo Suarez a los principales exponentes del Frente de todos en la provincia. Ello no será para nada una señal de debilidad, como algunos dicen off de record, sino que lo pondría como un verdadero estadista y expondría si los dichos a favor de la obra expresada por esos dirigentes opositores son así o no.
No hay mal que por bien no venga
El dicho popular “no hay mal que por bien no venga” podría aplicarse en este momento tan particular que tiene Portezuelo. Hay que aprovechar este tiempo, como bien lo ha planteado la Cámara de comercio de Malargüe, para salir a hablar de las bondades del proyecto licitado. Es que, como se ha dicho, la presa multipropósito Portezuelo del viento protegerá la cuenca media y superior del río Colorado de crecidas y dará garantía de riego para agricultura y ganadería del Sur de Mendoza y La Pampa. Así lo determinaron estudios de dos universidades nacionales.
Mendoza se posiciona como una de las provincias que generan más energías limpias en Argentina. Portezuelo del Viento sumará 884 GWh al año, cuatro veces más que el dique Potrerillos, dará energía a 130.000 hogares y beneficiará a las provincias de la cuenca del río Colorado, al reducir el riesgo de crecidas y variaciones drásticas del caudal.
El proyecto prevé una obra conexa, que permitirá el trasvase de parte del caudal del río Grande al curso medio del Atuel, lo que favorecerá a la provincia de La Pampa.
De hecho, dos universidades neutrales, de otras provincias, fueron las encargadas de los estudios de impacto ambiental que determinaron que la obra traerá múltiples beneficios, además de inyectar la energía que necesitan familias y empresas a la red sin ensuciar el agua ni la atmósfera con monóxido de carbono.
Los estudios fueron encargados por el Gobierno nacional y por el Comité Interjurisdiccional del Río Colorado –que reúne a las provincias de la cuenca del río Colorado– a las universidades del Litoral y La Plata. Ambas concluyeron que la presa, que es la obra de ingeniería civil más importante de la historia de Mendoza por su tamaño, mejora las condiciones de la cuenca del río Colorado y es ambientalmente factible.
Según estos estudios, el proyecto mejora las condiciones de salinidad y de riesgos de crecida del río. El análisis encarado por ambas universidades se suma a los estudios geológicos que se finalizaron en 2017, que analizaron los riesgos asociados a la construcción para esa zona de la cordillera. Este estudio también dio el visto bueno para Portezuelo.
Portezuelo generará energía limpia, renovable y sin consumir una gota de agua del río Grande. Tanto en los pequeños como en los grandes aprovechamientos, el agua vuelve a su curso una vez que genera electricidad, sin ensuciarse ni ensuciar el aire.
Incrementará las reservas estratégicas de agua, reduciendo el impacto de las variaciones de caudal del río tanto en sus crecidas como en sus bajadas, actuando en forma complementaria con el embalse de Casa de Piedra en La Pampa.
La presa ayuda a dar energía reduciendo el monóxido de carbono que se emite a la atmósfera, en un firme compromiso que se planteó Mendoza y que la posiciona como una de las provincias que más energía renovable produce en Argentina.
El proyecto, cuyos pliegos especifican que la mano de obra debe ser local y los cursos para aspirantes gratuitos y abiertos, revitalizará a Malargüe. La Empresa Mendocina de Energía (Emesa) hizo estudios de impacto económico con resultados altamente positivos.
Portezuelo no solo generará 3.500 puestos de trabajo directo e indirecto: además, creará un polo turístico que, en una primera etapa, creará más de 600 plazas hoteleras e inyectará 1,5 millones de dólares al Sur mendocino.
Hay un acuerdo de Mendoza con el Estado nacional para concretar la obra: 1.023 millones de dólares en 5 años, que permiten realizar la obra civil hidroeléctrica, la nueva traza de las rutas 145 (nacional) y 226 (provincial), la relocalización de Las Loicas y el tendido eléctrico al sistema interconectado nacional.
Responsabilidad política
A nadie escapa que la última palabra respecto de si se hace o no Portezuelo la tienen los actores de la política.
A nivel local, se necesita del liderazgo del intendente Ojeda. Desde el último pronunciamiento de la nación hay en la comunidad malargüina un clima de desconcierto que se debe saber encaminar para que no se tomen decisiones apresuradas que nos pueden salir caras. La prudencia debería ser la virtud más destacada de todos los malargüinos en estos momentos, pero fundamentalmente de la dirigencia oficial, opositora y de las entidades intermedias, como así también de los movimientos que están surgiendo, aunque no tengan una personería legal.
Desde el gobierno provincial se deben agotar todos los caminos conducentes a cristalizar una relación madura con el nacional. La convocatoria a los 13 legisladores nacionales por Mendoza debería ser urgente, para abrir más canales institucionales de diálogo.
El Presidente Alberto Fernández, para no seguir perdiendo la poca credibilidad que hoy tienen entre los mendocinos y argentinos, es hora que asuma su responsabilidad institucional, cumpla con la política de Estado que abrió el ex presidente Néstor Kirchner y tome las definiciones políticas y administrativas que puedan llevar a concretar una obra vital, no ya solo para Malargüe y Mendoza, sino para toda la Argentina.
Hoy, más que nunca, necesitamos que la política esté a la altura de las circunstancias.
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