Una oveja de la familia Sepúlveda-Orellana atacada por perros anoche.

La familia Sepúlveda-Orellana, que vive en el lote 5 de Cañada Colorada, en la zona este de nuestra ciudad, anoche fue víctima del ataque de perros en sus animales y no es la primera vez que les sucede.

“Como todas las mañanas, mi hijo se dirige allí donde están las ovejas y hoy se encuentra con la sorpresa de que nos habían matado una oveja y un cordero, sin saber qué más se encuentra en el campo” le dijo a Ser y Hacer de Malargüe on line, Viviana Orellana.

“Vivimos en Cañada Colorada, cerca de las fábricas de yeso y de los laberintos. Hay fincas, las fincas por su puesto tienen sus perros, para que les cuiden la casa. Y seguramente que ha sido un perro de por aquí cerca” comentó la mujer.

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“Todos los años tenemos que pasar por lo mismo, todo el tiempo hay perros sueltos, uno los corre por ahí para que se vayan, pero no. Siempre vuelven a hacer daño” relató después Viviana.

Con pena en su voz consignó “lamentablemente es el trabajo que uno tiene, y el que eligió. Entonces uno lo sigue defendiendo todos los años. Sigue apostando al mismo trabajo, pero nunca falta del otro lado que vienen y te hacen daño”.

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Para ella no son perros cimarrones sino “que tienen dueño. Quizás los largan en la noche, para que salgan a dar una vuelta o hacer sus necesidades, pero terminan yéndose para otro lado”.

Sobre el final de la entrevista hizo un llamado a los propietarios de canes al indicar “uno entiende que los perros están encerrados en el día y en la noche los largan, pero sería bueno que salga el dueño con el perro, a acompañarlo, que camine con él, lo vigile y luego lo vuelva a tener en su casa. Tomarse ese tiempo que hay que dedicarle a un animal para tenerlo en la casa”.

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