Desde el año 2017 se conmemora el 15 de octubre como el Día internacional de las mujeres rurales.
En Argentina, el 50% de la población rural está representada por mujeres que labran la tierra, cuidan los animales, trabajan la materia prima, plantan semillas que alimentan a pueblos enteros. Ellas son tamberas, apicultoras, ganaderas, agricultoras, laneras, artesanas, técnicas, amas de casa, profesionales, que trabajan día a día por el desarrollo de sus comunidades y por un mayor acceso a sus derechos sobre la tierra, el techo y el trabajo.
Hoy quiero destacar el gran rol de la mujer rural de todo mi departamento, pero en especial a las mujeres del hermoso paraje que hoy me toca representar y del cual me siento orgullosa, “El salitral”.
Esta zona está ubicada al este de nuestra querida ciudad de Malargüe, zona poblada por alrededor de 20 familias, quienes se dedican principalmente a la cría de caprino, ovino y vacuno y sobre todo es un paraje muy conocido por las hermosas artesanías que realizan las mujeres de la zona.
Vengo de una familia de trabajadores rurales donde me hace sentir muy orgullosa por el trabajo que realizan, pero sensible al sacrificio que hacen estas personas.
En este día es importante reconocer a la mujer rural. Siempre se habla del criancero y de su trabajo, pero… ¿Conocemos el rol que cumple fundamentalmente la mujer rural?
Puedo decir que más allá de su tarea doméstica diaria: el cocinar, limpiar, hacer pan, atender a su familia, entre otros deberes, es la que contiene, la que a la par del hombre realiza un gran trabajo, sin importar el clima, sus dolores, hasta se olvida de sus propios tiempos y cuando no tienen su compañero, ellas deben salir a atender su ganado y en el tiempo de crianza es levantarse tipo 6 de la mañana y su trabajo termina a la tarde-noche. Ellas deben salir a trabajar y estar ahí al pie del cañón, sin importar nada. Para ese trabajo no hay excusa, se debe hacer igual, no es un trabajo fácil, no es para cualquiera.
Desde mi infancia me tocó ver el trabajo que realiza mi abuela, Juana Toledano Vda. de Trejo, ella, hoy con 74 años ama lo que hace y es incomparable el amor y cuidado que tiene por sus animales. Así como ella, estoy segura que existen muchas mujeres que por decisión propia o tal vez el destino hoy llevan adelante esta dura y sacrificada vida.
Hoy se habla mucho de la trashumancia y realmente nos preguntamos ¿Esto lo hace solo el hombre? Quiero decirle que conozco mujeres que acompañan con sus hijos pequeños a su esposo a la veranada, donde las condiciones en la cordillera son muy duras. Los días allí se hacen largos, las noches frías, días de viento. La vida es complicada y más para esas familias donde sus casas son muy precarias. Con mucho o poco ganado, pero quizás ese capital que cuidan con tanta dedicación es el que les permite seguir viviendo.
… Y aquí me detengo, pues un hermoso recuerdo llega. Cuando solo tenía 7 años con mi familia visitábamos en plena crianza y en medio de la cordillera a Ariel Corales con su esposa y su pequeña hija Mili. Para mí era súper divertido el llegar y jugar en la vega, entrar a esa casa pequeña construida de latas y piedras, sentarme en piedras o tarros, la admiración que me provocaba que ellos no tenían todas las condiciones y recursos que muchos tienen y tal vez hoy se quejan de que falta algo. Y como no degustar también un pan casero hecho en horno de piedra y champas de vega, la curiosidad que tenía de ir al lugar donde había matado el zorro o el puma los chivitos, el querer ayudar a Mariela y a Ariel a traer los chivitos recién nacido al lado del fuego para salvarlos luego de una fuerte lluvia y viento. Y cuando hablo de sacrificio es justamente esto lo que viven algunas mujeres y sus esposos en este trabajo. Podrán faltarles muchos recursos y condiciones digna de vida, pero les sobra la valentía y el amor para seguir a delante.
Hoy mi reconocimiento a la abnegada lucha de todas las mujeres, de todas las zonas rurales de nuestro departamento que con su esfuerzo, dedicación y trabajo constituyen el pilar fundamental de la familia agraria y a la vida del campo.
Y no puedo dejar de desearles al mismo tiempo un muy feliz día de la madre.
Por Juliana Maricel Trejo, reina de El salitral.
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